jueves, 24 de septiembre de 2020

Este virus nos está empujando al abismo del hambre



La pandemia de la COVID-19 es una de las mayores amenazas a las que jamás nos hemos enfrentado. La hemos vivido en primera persona y sabemos lo que conlleva. Pero lo que nadie nos está contando es que lo más peligroso de esta pandemia no es el virus, sino la crisis alimentaria y la hambruna que está provocando a las personas más vulnerables de todo el mundo.

Según el Programa Mundial de Alimentos, podrían morir de hambre entre 6000 y 12 personas al día por el impacto social y económico de la COVID-19 antes de que acabe este año de 2020. Hay países en los que el número de muertes por falta de alimentos superará a las causadas directamente por la enfermedad.

Con la llegada de la pandemia, se está viendo como la realidad de muchos países y personas se está volviendo aún más crítica. Las personas que viven de la agricultura no pueden sembrar ni cultivar, ni acceder a los mercados para vender sus productos o comprar semillas. Y las comunidades que se dedican al pastoreo tampoco pueden trasladar sus animales a las fuentes de agua ni buscar pastos para su ganado. Las consecuencias son devastadoras, porque miles de familias no pueden disponer de los alimentos que necesitan para alimentarse ni obtener ingresos suficientes con la venta de sus productos para escapar del hambre.

Esta crisis de inseguridad alimentaria es gravísima, porque significa que estas personas, sus familias y comunidades enteras no saben si tendrán algo que comer al día siguientes. Tenemos que empezar a actuar: la situación está empeorando muy rápidamente y necesitamos reforzar todos los proyectos que se están llevando a cabo como distribuir directamente raciones de alimentos, entre otras acciones, para llegar al máximo número de personas.

Con las restricciones de movimientos provocadas por la pandemia, asistir a las poblaciones vunerables se hace aún más difícil.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Pasa septiembre y vamos a peor


Va pasando el mes de septiembre y no se ven los cambios y movimientos vaticinados durante meses antes del verano. Los políticos siguen apoltronados en sus sillones, disfrutando de sus sueldos y tratando de imponernos sus reglas para hacer frente a la segunda oleada del COVID-19. Curiosamente no se oyen nombres de políticos contagiados. Será porque el virus no les ataca a ellos.

La segunda oleada aumenta por días. Las UCIs empiezan a llenarse, los hospitales cierran plantas exclusivamente para enfermos de COVID-19, las operaciones e intervenciones llevan días canceladas. Uno llega a dudar si esta pandemia es algo más que un virus desatado o un plan para provocar que la gente muera de hambre. No se atreven a confinar al país nuevamente porque saben cuál será el resultado, pero invitan a que la población permanezca en sus casas sin salir y sin acudir a locales de ocio, bares, tiendas. Es evidente que dejan abrir a las tiendas, pero si invitan a no salir, ¿quién va a ir? Por lo tanto mejor cierro y así evito perder dinero.

Me parece a mí que la pandemia, más que un virus que provoca un bloqueo sanitario, es una falta de profesionales sanitarios. Hacen falta más de 5000 médicos y unos contratos en condiciones y no de un día para cubrir. Pero sin embargo nos dedicamos a gastar dinero en cosas innecesarias y nos olvidamos de contratar profesionales en condiciones.

Por otra parte la educación. Nos quejamos de que las ratios son grandes, que no hay profesores suficientes, que los niños pueden contagiarse en masa y luego no nos preocupamos de si nuestros hijos se juntan con otros niños en los parques. Es impresionante ver el número de niños que por la tarde se pueden ver en los parques jugando juntos. ¿Aquí no hay posibilidad de contagio? Pues parece ser que no, porque los padres, que son los primeros en mostrarse preocupados por el tema de los colegios, no le ponen pegas a que sus hijos jueguen con otros en los parques.

Cada día estoy más convencido que el verdadero virus que nos invade son los políticos y gobernantes, que nos están bombardeando con datos diariamente. Nos meten el miedo en el cuerpo. Ahora nos quieren obligar a que nos vacunemos de la gripe. Está visto que parecen más medidas económicas de cara a su beneficio que a protegernos. Tratan de convencernos de que cuando se produzca la vacuna contra el COVID-19, no habrá ningún peligro y será necesario que todos nos la pongamos. Pues casi hasta me hacen dudar de ponérmela.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Comprobado: nadie regala nada gratis


Son las 17:30h. de la tarde y suena el teléfono fijo. Normalmente cuando suena el fijo de la casa, me temo que es un comercial, que me quiere vender algo, porque pocas personas me llaman ya al fijo. Y no me equivoco, se presenta una voz masculina como comercial de Movistar y pregunta por mí, con mi nombre y apellido, como propietario de la línea. Hasta aquí correcto, porque esta es la empresa que me facilita la línea telefónica en mi hogar.

Comienza explicándome que como cliente de Movistar, estos quieren hacerme un regalo. Consiste en darme una serie de mejoras en mi línea y además poder pagar menos por ella. Y termina preguntándome que qué me parece. "Pues muy bien", le contesto, porque lo cierto es que los nuevos clientes de cualquier telefonía se benefician más de las ofertas que los clientes ya consolidados. Y además llevamos años sin recibir un regalo así de Movistar. Pues bien, continúa vendiéndome el producto y haciéndome ciertas preguntas, que hoy, un día después, entiendo que me estaba sonsacando la información para llegar adonde terminaremos llegando.

Me pregunta por los productos que tengo contratados: Movistar fusión, canal series, una línea de teléfono móvil, 600 mb de internet. Muy bien, hasta aquí todo le parece genial. Pero me dice que hay un problema con la televisión, pero que no es difícil de solucionar. Me van a cambiar el canal de series por HBO, que lo incluye en el paquete y que todo lo demás sigue igual. Además me indica que en mi teléfono móvil voy a tener gigas ilimitados de descarga y que además la velocidad de fibra óptica es la misma en subida como en bajada. Cuando a uno le explican todo esto por teléfono, le parece que le hablan en chino, porque no entiende nada y lo único que entiende es que su conexión a internet va más rápida o menos rápida. Y todo ello por 40 euros. Al comentarme que me incluyen el canal HBO en el paquete, ya me deja un poco parado, porque apenas veo la televisión, pero me suena a mí que HBO lo tramita Vodafone y no Movistar. Pero él vuelve a insistir en la pregunta: "¿qué le parece la oferta por ser nuestro cliente?" "Pues muy bien y además me ahorro un buen pico", le contesto.

Ahora viene la siguiente pregunta, "¿cuánto paga usted por lo que tiene contratado al mes?" Aquí me extraña un poco la pregunta porque se supone que ellos saben cuál es mi cuota mensual. "75 euros" le contesto. "Pues genial, porque se lo voy a dejar todo por 39,95 euros. Ya ve se ahorra 35 euros todos los meses y eso le puede permitir algún otro capricho o incluso poder destinar ese dinero a sus vacaciones. ¿Qué le parece la propuesta? ¿Qué va a hacer con ese dinero que se ahorra?" Y me hace que piense en qué voy a gastar esos 35 euros mensuales que me voy a ahorrar. ¡¡Qué bien estudiado lo tienen!! porque te está haciendo la boca agua.

"¡Bien, bien, genial! Vamos a ir terminando", me dice. Miro el reloj y llevamos 15 minutos hablando por teléfono. ¿Querrá cobrarme luego el tiempo que hemos estado hablando? "Bien pues ahora le voy a decir el truco de por qué le sale a usted más barato esta oferta y se puede ahorrar este dinero. Usted vive en tal calle y esta calle desde hace un año Vodafone tiene instalada la fibra óptica. Es decir, Movistar le alquila a Vodafone la fibra óptica que usted utiliza y luego le cobra a usted el alquiler. Por eso le cuesta más caro. Así que yo le propongo que deje Movistar y se venga a Vodafone y así se ahorra usted los 35 euros". Me explica con toda precisión, captando mi interés.

Hasta aquí hemos llegado. Ahora sí que entiendo el motivo de sus preguntas y además veo que ha estado embaucándome con que era desde Movistar y resulta que es de Vodafone. No me parece muy lícito lo que me ha estado haciendo durante estos 20 minutos de llamada y le paro en su parrafada. "No me interesa". "¿Cómo que no? Si me estaba diciendo que sí hasta hace un momento", me contesta. "Sí, pero usted me estaba diciendo que era Movistar la que me hacía la oferta y ahora resulta que es Vodafone la que me está usted vendiendo. Así que no me interesa", le respondo. "¿Y eso?", pregunta. Y ahora es la mía. "Pues porque hasta hace unos años tenía Vodafone y su servicio no ha sido correcto ni todo lo bueno que esperaba". "¿A sí, me dice que ha sido cliente de Vodafone? ¿Desde cuánto tiempo hace que se dio de baja?", me pregunta. "Unos 5 años", le contesto. Y rápidamente me dice, "sí, aquí me sale en el ordenador que ha sido cliente hasta hace 5 años y que ahora no lo es. Pero tenga en cuenta que el servicio ha cambiado, ahora hemos metido nosotros las líneas, y damos directamente el servicio de fibra nosotros. Ya no dependemos de nadie, como ocurría antes". Y trata, una vez más de reconducir la conversación a su interés: venderme el cambio a Vodafone.

"No me interesa" le vuelvo a decir. "Estoy contento con mi compañía de telefonía, aunque sí es cierto que podrían hacer, de vez en cuando, una oferta interesante a los que somos clientes desde hace muchos años. Y no me quiero cambiar de compañía". El comercial se ha quedado callado y parado y para salir del paso, trata de recordarme los 35 euros que me iba a ahorrar mensualmente. Tiene la batalla perdida, por lo que le indico que ya no me interesa y que lo siento, que no insista. Así que damos por finalizada la conversación en este momento. Media hora al teléfono me ha tenido.

He de decir que no he sido cliente de Vodafone, sino que sigo siéndolo, ya que tengo una línea de teléfono móvil todavía activa (desde el año 2000) y que no he dado de baja porque el coste de la misma es 0 euros al mes, ya que no realizo llamadas ni conexiones ni recibo tampoco llamadas. Está totalmente inutilizada porque hay zonas en Melilla donde es imposible poder conectarse con esta empresa de telefonía y por eso la he dejado totalmente abandonada, pero si dar de baja hasta que empiecen a cobrarme algo por ella.

Y una vez finalizada la historia, y pasadas unas horas, empiezo a darle vueltas a la situación. Termino con la sensación de que me querían estafar y engañar, vendiéndome una situación, que luego resulta que era otra. A decir verdad, todo era una mentira, por lo que no me parece muy legal una empresa que entra con un engaño para venderte algo. Espero que en una temporada no me vuelvan a llamar porque, desde luego, no me voy a pasar 30 minutos al teléfono para sentirme estafado al final.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

¡Ya en septiembre!

Nos hemos pasado el verano escuchando: "en septiembre las cosas se van a acelerar", "en septiembre van a suceder muchas cosas que van a provocar muchos cambios". Bueno, pues ya estamos en septiembre. Es cierto que todavía estamos comenzándolo y estamos a día 2, pero no se huelen los cambios anunciados. Al contrario, parece que las cosas están muy tranquilas y no va a haber muchos movimientos raros en este comienzo del curso.

Los juzgados están saturados de papeles y de casos. Por otra parte, muchos de los casos contra políticos, son frenados por los mismos políticos. No se plantean que aquellos que están siendo investigados por los diferentes casos que se destapan en la prensa, no se les pide que se presenten en el senado para ser cuestionados. Una vez más la separación de poderes no es real y el poder legislativo controla el poder judicial.

Antes de las vacaciones de verano, VOX planteaba una moción de censura para el mes de septiembre. Todavía no ha saltado la bomba, pero ya le han dicho los partidos de la oposición que no la van a secundar. Por lo que no se cree que tenga mucho éxito esta moción.

Y mientras tanto, el gobierno empieza a mantener contactos con los distintos partidos para buscar apoyos en los presupuestos generales del Estado. La cosa es que si no hay consenso, no hay dinero de Europa, porque es una de las condiciones que se les ha puesto. Los presupuestos tienen que aprobarse para poder empezar a recibir la ayuda. Y hasta en esto están divididos. También es cierto, que todavía no están elaborados los presupuestos, y el presidente del gobierno está solicitando apoyos, o lo que sería lo mismo, un cheque en blanco. No se puede decir que sí a algo que no existe. Esa ha sido la respuesta del líder de la oposición. No se niega a apoyar ciertos puntos de los presupuestos, siempre y cuando estén escritos y sean los puntos que ellos solicitan, pero eso de apoyar a algo que no existe y no se sabe cómo será. Eso no se puede hacer.

Llevamos escuchando rumores de que nos encierran para el día 15 de septiembre. Eso es lo que publicaban los diarios ingleses durante el mes de agosto. Lo cierto es que un nuevo encierro, un nuevo estado de alarma a nivel nacional sería la ruina, no para muchos negocios, sino para todo el país. Sería hacer de España una Venezuela, donde las colas se multiplican, pero no para apuntarse al paro, sino para poder comer diariamente. El gobierno lo descarta, y precisamente por eso. Ahora, que también están desviando las responsabilidades. Que sean las Comunidades las que hagan y deshagan. O sea, durante la pandemia nos venden que ellos son el mando único y que es preciso tener un mando único y ahora resulta que tenemos 17 mandos diferentes y que cada uno se busque la vida. Un comentario que escuchaba esta misma mañana decía: "ahora resulta que hay regiones en las que se contaminan más y otras menos y por eso cada región tiene que organizarse". Pues hemos estado tres meses diciendo que  "entramos juntos y salimos juntos". Un nuevo engaño de nuestros políticos, es evidente.

Y mientras tanto, el paro aumenta, el turismo se hunde, los hoteles empiezan a poner el cartel de cerrado, los bares vuelven a tener medidas de aforo y los colegios comienzan con la improvisación que anunciábamos en el mes de junio. Este es el país de la improvisación y lo peor es que cuanta más información tenemos, menos la utilizamos. Así nos va.

martes, 1 de septiembre de 2020

Comienza el cole


Hoy día 1 de septiembre es el inicio oficial del curso escolar 2020-2021. Hoy se han tenido que presentar en los institutos todos aquellos alumnos que tenían asignaturas pendientes de junio. Después del "atípico" final de curso que tuvimos, ahora tenemos otro "atípico" comienzo de curso. Para empezar los alumnos vuelven a encontrarse con las aulas después de 6 meses. Medio año sin ir al colegio y ahora vuelven y con las cosas nada claras. Hay Comunidades que están retrasando la entrada de los alumnos en las aulas. Otras están todavía elaborando los protocolos de funcionamiento interno ante el COVID. Asociaciones de padres que están pidiendo que sus hijos no vuelvan a las aulas, otros padres piden que vuelvan con seguridad y con medidas. Lo cierto es que aquí está el curso nuevamente y vamos a ver cómo se afronta.

De momento voy a señalar que esta mañana se veía en las puertas del instituto una gran cantidad de alumnos, sin mascarillas, sin distancias, saludándose efusivamente como si no hubiese pasado nada en todos estos meses y no estuviese pasando nada con 170 infectados en la ciudad. Parece que con ellos no va. Da la sensación que estos seis meses de "vacaciones" les han sentado muy bien y no les importa continuar otros cuatro o cinco más.

Claro que es algo que los alumnos aprenden de sus propios profesores. Y si no se lo podemos preguntar al Ministro de Universidades en qué ha estado trabajando desde el mes de abril, porque no ha aparecido por ninguna parte, ni ha dado ninguna rueda de prensa durante el verano, con todo lo que se estaba cociendo con el comienzo del curso. ¿Será que empezó las vacaciones en abril y no las termina hasta el mes de abril del próximo año? Pero es evidente que su sueldo sigue recibiéndolo.

Ahora bien, tampoco entiendo muy bien para qué tenemos tantos ministros si luego señalan que no tienen competencias, porque estás están cedidas a las Comunidades. Entonces nos demuestran que sobran cargos públicos porque tener un ministro de educación para que luego no tenga colegios que dirigir, ni tenga competencias en los protocolos a seguir en cada Comunidad. Para eso nos ahorramos su sueldo y listo.

Pero por lo que se ve este año lo del mes de vacaciones para algunos no es real, ya que algunos empezaron las vacaciones en marzo y todavía siguen de vacaciones. Lo llamamos teletrabajar, pero por lo que se ve eso del teletrabajo, para algunos es hacer el trabajo despacito y a ritmo relajado. No quiero decir que todos los teletrabajadores están tranquilamente en su casa sin hacer nada, pero en algunos casos así es, porque hay gestiones que no han avanzado en seis meses que llevamos de pandemia. Por ejemplo, la educación.

La ministra ha sugerido que pase lo que pase no se van a cerrar los colegios. Vamos a ver en qué acaba todo esto, porque una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen, cuando llegan las presiones de un lado y de otro.

Los Santos Inocentes

 El 28 de diciembre la Iglesia Católica celebra el día de los Santos Inocentes. Con esta fiesta recuerda lo que la tradición narra y los eva...