miércoles, 28 de septiembre de 2022

¿Qué está pasando en los Institutos de Melilla?

Nuestra pregunta hoy es ésta: ¿qué está pasando en los Institutos de Melilla? Y más concretamente en el Leopoldo Queipo. Lo decimos porque en dos semanas se han vivido dos casos de violencia entre alumnos/as.

El día 19 saltaba a la prensa la noticia de que una alumna había agredido a otra hasta dejarla inconsciente en el patio del colegio durante el recreo. Al parecer a esa hora había vigilancia en el patio, pero los profesores no actuaron hasta que no vieron a la menor en el suelo y supongo yo, que alguien les diría que había habido una pelea. Y todo por una pulsera que la alumna agresora le había quitado a otra de 1º de ESO. Toda la versión que se ha publicado en la prensa es la de la denunciante, ya que la versión del centro y de la agresora no se han hecho públicas. Lo cierto es que, según la agredida, estaba totalmente aturdida y desde el centro no se llamó a una ambulancia ni se actuó, creo yo, correctamente, ya que se envió a la alumna a su clase tras proporcionarle un analgésico, ya que le dolía la cabeza.

En todo este relato veo ciertas incoherencias. En primer lugar dicen los testigos que uno de los profesores estaba hablando por teléfono y el otro fumando. Que estuviese hablando por teléfono me lo creo, ya que en la normativa del centro no hay nada que lo impida. Lo de estar fumando en el patio de un centro escolar, lo pongo en duda, ya que la normativa marca que hay que alejarse 100 metros del centro educativo, es decir, que ni en la puerta de acceso se puede estar fumando. Y esto lo conozco bien, no porque fume, sino porque cuando se impuso esta normativa, tanto para centros escolares como para centros sanitarios, las críticas de los trabajadores fueron muchas, ya que debían alejarse de la puerta principal cada vez que querían echar un cigarrillo.

En segundo lugar señala que se le suministró un analgésico. No entiendo que en el Instituto se proporcione un medicamento a un menor sin consultar antes a la familia. Es más, ni una aspirina se puede dar. Tan solo se puede efectuar una primera cura de una herida, que si es más profunda o requiere otro tipo de intervención, hay que llamar a la familia y esta, si puede debe pasar a recoger a la menor para llevarla a urgencias, y en caso de que la familia no responda, o no se pueda contactar con ella, o incluso no pueda acercarse a recoger a la menor o fuese a tardar mucho y las heridas lo requieren, el centro solicita una ambulancia y se traslada a urgencias, siempre acompañada de un profesor del centro. Por lo que, me extraña que se le proporcionase un analgésico, ya que estarían incurriendo en una falta desde el mismo centro. Lo peor de todo es que esto lo dice el Director Provincial de Educación, quien además ha sido director de un Instituto muchos años. Por lo que debería conocer muy bien el tema.

La segunda agresión se produjo el día 26 de septiembre. Poco más de una semana después, en el mismo centro. Y volvemos a tener solo la explicación de los denunciantes, es decir, de la familia de la agredida. El centro no se ha manifestado y la familia de la agresora tampoco. En esta ocasión la agresión se produce en el aula, supongo yo que en el cambio de hora. Es decir, que el profesor/a que abandona el aula, no espera a que llegue el que debe incorporarse, por lo que los alumnos están solos.

La noticia añade que, con el tumulto y bullicio que se crea, aparece un profesor por allí y agarrando a las dos menores, las lleva a dirección donde, sin más explicación, expulsa a las dos del centro, llamando a las familias y diciéndoles que esto no se puede aceptar. Dice además la noticia que la dirección no dejó explicarse a la menor agredida y que todo se inició porque a la agresora la menor le parecía muy “pija” para estar en ese Instituto, ya que provenía de otro de más “clase”, según ella.

Aquí también encuentro ciertas incoherencias. Lo normal es que, cuando abandonas un aula, no la dejes sin más ni más, es decir, que te quedas por las cercanías, o bien en la puerta, esperando a que llegue el profesor sustituto. Si este se retrasa, puede ser porque a él también se han retrasado en darle la sustitución o ha tenido que ir al baño, o se ha quedado en los pasillos charlando y ha perdido la noción de que tiene que ir a otra clase. También es cierto que de todo hay y muchos profesores tienen la costumbre de llegar tarde a su aula, e incluso existe el que se marcha antes de tiempo, sin importarle si los menores están solos o no.

En segundo lugar, me extraña que la dirección no escuchase a las dos partes antes de castigar. Lo digo por experiencia. Muchas explicaciones me he tragado y, si bien es cierto, la mayoría de las veces las explicaciones que te dan no coinciden y tienes hasta cinco versiones diferentes, que pueden coincidir en algo, pero que te preguntas si han visto y vivido lo mismo. La reacción de la dirección de expulsar a ambas menores, supongo yo que será por poner un poco de tiempo por medio y esperar que se calmen los ánimos, tanto de la familia de una como de la otra.

Ahora bien, me parece que la situación de bullying o acoso escolar, la situación de pelear por pelear, porque el otro es negro o blanco, le gusta el rock o el pop, tiene pelo largo o corto, o incluso me ha mirado con el rabillo del ojo derecho y no por el del izquierdo, no tienen sentido ninguno. Si uno tiene que desfogar toda su energía, que se apunte a un deporte en el que desfogue, que, gracias a Dios, existen este tipo de deportes en los que uno echa toda su rabia y furia y se queda como un trozo de tela, blandito y ligero. 

Tras la pandemia, los datos reflejaban un aumento de casos de agresividad en las aulas. Si bien en Melilla, todavía no se había producido esto, ahora es cuando se empieza a manifestar. Y lo cierto es que se deberían analizar las causas de todas estas situaciones. Es cierto que las peleas entre alumnos fuera del colegio o del Instituto siempre han existido. Yo recuerdo que, en más de una vez siendo estudiante adolescente, la amenaza siempre era la misma: “ a la salida te espero”. Pero luego a la salida, o bien se olvidaba, o bien estaban esperando en otra puerta de salida, o bien, salían protegidos por alguien mayor, lo cierto es que, de cada 10 amenazas, una, como mucho, llegaba a las manos.

Es cierto que el colegio tiene la misión de educar, además de la de dar conocimientos. Pero también es cierto que la educación primera comienza en casa y por lo tanto, no podemos y debemos quitar autoridad a los docentes, ni tampoco podemos ni debemos pedirles que sean ellos los responsables de nuestros hijos. En la familia se debe acompañar a los menores. El problema es que hoy no tenemos tiempo para estar con nuestros hijos. Es decir, llegamos del trabajo tan cansados que, no tenemos tiempo de estar con ellos. En muchas ocasiones, preferimos irnos al gimnasio antes que estar con nuestros hijos. Es más, les buscamos miles de actividades a nuestros hijos para evitar tener que estar con ellos.

Precisamente hace dos días, hablaba con una compañera de la cantidad de menores de 12-13 años que asisten a psiquiatras y psicólogos. Muchos de ellos terminan con medicaciones que, o bien les dejan atontados durante la jornada o bien no les sirve para nada, ya que al cabo de un tiempo los efectos no son los deseados y por lo tanto, la medicación hay que aumentarla.

Y por otro lado, tenemos que ser conscientes de que hoy, tenemos una herramienta que “educa” a nuestros hijos tanto o más como la escuela. Y esta herramienta se llama internet. Internet está haciendo mucho bien y a la vez mucho mal. Si los menores se pelean y otros graban la pelea para colgarlas en la red y así obtener “likes”, eso se está cargando nuestra convivencia. ¿Cuántos menores no han hecho verdaderas barbaridades por seguir los retos que se les proponen en internet? Pues todo esto va haciendo daño y hay que empezar a controlarlo de alguna forma.

Y para terminar, las dos noticias tienen un final igual o similar. Las menores agredidas se niegan a ir al Instituto. ¿Qué hacemos con dos menores de 13-14 años que no quieren seguir estudiando en ese centro? Los trasladamos a otro. Pues sí, pero cuando todos los centros están colapsados y además en una ciudad en la que terminamos siendo una “gran familia”, porque todo se conoce y sabe, ¿cuánto va a costar saberse que mi hija ha sido cambiada de centro por este motivo? ¿cuánto van a tardar en volver a hacerle la vida imposible?

Y esto ha ocurrido cuando solo llevamos 15 días de curso. O ponemos solución o no sé lo que puede pasar de aquí a Navidades.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

La contraofensiva de Ucrania

Desde hace un par de semanas, la guerra de Ucrania, perdón, la Misión Especial para Liberar a Ucrania del Nazismo y Desmilitarizarla, como señalan desde el Kremlin, ha dado un cambio de rumbo. Lo que en un principio parecía un éxito rotundo y un paseo a la victoria por parte de un ejército mejor equipado y preparado, el ruso, se ha empezado a convertir en una desbandada en la que “tonto el último” y “sálvese quien pueda” por parte de los soldados rusos, empieza a tomar sentido. Y es que Ucrania, o mejor dicho, su ejército, ha empezado a tomar ciudades y regiones que habían sido invadidas por los rusos cuando comenzaron su ofensiva en el mes de febrero.

Lo cierto es que esta guerra se venía venir ya en el mes de noviembre del año pasado. Con la disculpa de unas maniobras a gran escala por parte del ejército ruso, habían desplegado todo su poderío a lo largo de la frontera entre Ucrania y Rusia. A esto se había añadido Bielorrusia que, permitiendo la entrada de las tropas rusas en su país, y junto a las suyas, también realizaban maniobras en la frontera ucraniana. Hasta que llegó el día, el 24 de febrero, las tropas rusas cruzaban las fronteras y, en una rápida ofensiva, se plantaban a las puertas de Kiev con miles de carros de combate. Todos recordaremos aquellas imágenes de 50 kilómetros de tanques avanzando hacia Kiev. Aquella rápida ofensiva se vio frenada en varias ocasiones, porque los tanques de atascaban en el barro o bien porque los ucranianos, en su huida, volaban los puentes para impedir el paso de las tropas invasoras. Lo cierto es que llegaron a las puertas de Kiev, pero no pudieron entrar. Eso sí, la capital no se libró de los bombardeos que duraron semanas y que se producían a todas horas del día, impidiendo que la gente pudiera salir de los refugios y además que toda la vida de la capital se paralizara por completo.

Por otra parte, mientras la invasión rusa se producía y avanzaban sin descanso, los países occidentales y en concreto los países de la OTAN, se organizaban para proporcionar a Ucrania armamento y municiones con los que poder hacer frente al invasor. El problema era que todo este armamento no era como el que estaba acostumbrado a utilizar el ejército ucraniano, lo que supuso que muchos soldados tuvieran que dejar el frente e irse a la frontera con Polonia, e incluso atravesarla, para poder ser formados en el uso de este armamento. Se hablaba de 4 meses por lo menos para poder hacerse con esta nueva tecnología y su manejo en perfectas condiciones y que no se produjeran desgracias al utilizarlo.

Muchos “voluntarios” europeos y americanos, empezaron a llegar a Ucrania para unirse, de forma desinteresada a la causa y proteger a este pueblo que estaba siendo invadido y que, por otra parte, mujeres, ancianos y niños, huían hacia el extremo occidental del país e incluso a países europeos que los recibían como bien podían. A España llegaron muchos de ellos, y aquí continúan por el momento, sin saber cuándo y cómo podrán regresar.

Y los meses pasaban. El ejército ruso estaba estancado. No avanzaban. Kiev no caía y por lo tanto empezaron a retroceder. Entonces Putin salió a defender que sólo querían quedarse en Donetsk y Dombás, zonas de habla rusa y, que él entendía que querían pertenecer a Rusia, porque estaban descontentos con el gobierno ucraniano. Así que sus tanques se centraron en estas zonas. Por el sur Odesa y Mariupol como puertos de mar y de salida al mismo y también porque eran, por así decirlo, la única esperanza de Ucrania de poder exportar sus productos. Aquí fue donde conocimos y descubrimos que Ucrania era el granero de Europa y lo cierto es que empezamos a sentirlo en la escasez de trigo, harinas, aceite de girasol…, entre otros. Nunca lo habíamos pensado y posiblemente no lo habríamos descubierto de no ser por esta guerra.

Pero fue en el mes de agosto cuando comenzó la contraofensiva ucraniana. Evidentemente, la ayuda militar había sido continua, pero por fin, los soldados ucranianos habían podido aprender el manejo de los cañones de precisión, de los lanzamisiles occidentales y cómo no, de la información proporcionada por los satélites americanos. Información muy valiosa ya que, ahora se trataba de conocer la posición exacta del blanco, programar el lanzamisil y apretar el botón. La precisión era exacta. De esta manera empezaron a destruir muchos de los almacenes de armamento ruso que se mantenían en retaguardia, el avance de los tanques era frenado y algo muy importante, las baterías antiaéreas empezaron a hacer estragos entre los aviones rusos y los misiles lanzados por los barcos rusos situados en el mar de Azov y el mar Negro. Incluso llegaron los misiles a territorio ruso, tanto en Crimea como en la frontera rusa. El objetivo era destruir los almacenes de armamento ruso, impidiendo así que llegasen al frente.

Tres están siendo las claves de esta contraofensiva ucraniana. En primer lugar la ayuda inestimable de occidente, con el envío de armamento, el enseñar a manejarlo y la información proporcionada por EEUU con los satélites. En segundo lugar la motivación ucraniana, que tiene claro que la única forma de terminar con este conflicto es una victoria. Victoria que les llevaría a zanjar el tema definitivamente, porque vencerían a Rusia, potencia mundial y que además les podría llevar a volver a unificar su territorio con Crimea. Y en tercer lugar la desmotivación y cansancio de las tropas rusas, que se están viendo envueltas en una guerra que no tiene fin, que no va con ellos, ya que Ucrania no había amenazado en ningún momento a Rusia, y que además muchos de ellos no tienen preparación adecuada y cuando se ven acorralados, salen huyendo, abandonando armas, uniformes y todo lo que tienen, por poner tierra de por medio. Muchos de estos soldados son inexpertos, jóvenes e incluso reclutados en las zonas más alejadas con la frontera ucraniana, porque es evidente que soldados de Moscú o de San Petersburgo, no van a ir a luchar a una guerra en la que se van a encontrar con quienes han sido sus propios hermanos hasta hace unas décadas. 

Y mientras todo esto ocurre en el frente ucraniano, mientras el ejército ucraniano avanza y recupera en dos semanas las posiciones que a Rusia le ha costado seis meses conseguir, en Moscú comienzan a oírse voces discordantes, pero no del pueblo llano, sino de arriba, de los mandatarios y colaboradores de Putin. Empiezan a poner en duda que Putin lo esté haciendo bien y le piden que declare la guerra formalmente y así se puedan reclutar muchos más soldados y que entre con toda la caballería en Ucrania, porque en el fondo este territorio les pertenece. Tenemos que recordar que Putin no ha dejado de soñar con la reunificación de la Unión Soviética, y el primer paso es Ucrania. Aunque ya había dado algunos en su momento, como cuando invadió Georgia en 2008 o en 2014 Crimea.

La guerra seguirá alargándose, porque ninguno de los dos va a dar su brazo a torcer. Ucrania lo tiene claro, la victoria es la única salida. Rusia puede pedir diálogo, pero sabe que ahora mismo tiene las de perder y no va a salir bien parada. Por lo que, todavía tendremos guerra, aunque por todos es sabido que llega el otoño, con la Raspútitsa, que es ese fenómeno en el que el campo ucraniano se convierte en un barrizal (y que ya vivieron en los meses de marzo y abril, porque este fenómeno se produce en otoño con las lluvias y en primavera con el deshielo), y donde los tanques se hunden por completo y las tropas a pie tampoco pueden avanzar. Y tras este fenómeno natural, llegará el invierno con las nevadas intensas propias de estas zonas de Centroeuropa. Así que, unos y otros saben que la guerra puede quedar bloqueada en el momento que empiece el otoño o terminar definitivamente justo antes.

Sea lo que sea, la invasión de Ucrania se ha convertido en un mal trago para los rusos y especialmente para Putin, que pensaba que aquello iba a ser “coser y cantar”.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

God Save the Queen

El 8 de septiembre quedará marcado en la historia como el día que falleció la reina Isabel II. La noticia conmocionó al mundo. Y es que muchos habíamos vivido toda nuestra vida conociendo a Isabel II como “la Reina de Reino Unido”. Con decir que hacía poco había celebrado sus 70 años como reina. Toda una vida, diría la canción.

Muchas habían sido las ocasiones en las que bromeábamos con que iba a durar más que su hijo y heredero Carlos, ahora Carlos III. Incluso en más de una ocasión se decía que el secreto de la Reina Madre era un vasito de Beefeater (ginebra) todas las mañanas. Sea como fuere, a sus 96 años, parecía incombustible. Pero también hay que recordar que, desde que el año pasado (abril 2021) falleciese su marido, Felipe, Duque de Edimburgo, y desde que en febrero de 2022 cogiese el COVID, se la veía más débil, ausentándose de actos solemnes como las famosas carreras de caballos de Ascot, de la que era una ferviente forofa. Incluso en las celebraciones de sus 70 años de reinado, se mantuvo ausente en ciertos actos o su participación por tiempo limitado.

Hacía dos días precisamente, que había recibido a la nueva primera ministro Liz Truss en su castillo de Balmoral en Escocia, donde se encontraba descansando y no en Londres, en Buckingham Palace, donde era tradicional hacer esta recepción. Es posible que este fuese su último acto público antes de fallecer.

En estos días los reportajes de televisión, los informativos, e incluso hasta en la sección de deportes, hablan sobre la reina y nos la presentan en todas sus facetas, buenas y malas. Y al ver a los británicos llorar y emocionarse por su reina, me surgía la pregunta y a la vez duda: ¿En España sucedería lo mismo con la muerte de Felipe VI o incluso de Juan Carlos I? Es posible que algunos se emocionasen y rompiesen en un llanto largo y amargo, pero estoy seguro que la mayoría no se inmutaría e incluso aprovecharían para volver a criticar la función de la monarquía española, lo innecesario que resulta su papel e incluso del gasto que supone para las arcas del país. Pero que los gestos y el luto con el que se está viviendo en Reino Unido y en todas las zonas de la Commonwealth de donde era reina, no se verían en España.

La monarquía en Reino Unido no sólo tiene un papel de representación del país, sino que además son los máximos líderes políticos y religiosos. Todo pasa por ellos. De ahí que su papel sea más que un simple representante del país, que firma las leyes una vez que están aprobadas en el Congreso y en el Senado y que recibe el juramento del Gobierno de Ministros una vez elegidos. En Reino Unido, todo pasa por la corona y la corona tiene otro tipo de consideración. A pesar de ser una monarquía parlamentaria, el planteamiento y el poder es diferente al español.

Hace unos meses, el rey Felipe VI hacía público su patrimonio. Indicaba que tenía 2,6 millones de euros, pero también declaraba que no había propiedades inmobiliarias ni coches a su nombre. Este dinero estaba en fondos y depósitos y era fruto de sus ingresos desde que fuera nombrado príncipe de Asturias. Se supone que son, por lo tanto, ingresos por sus cargos y trabajos.

El rey Carlos III, por su parte, hereda, no solo una corona distribuida en varios continentes (hay que recordar que Canadá y Australia, entre otros pertenecen a la corona británica). También hereda castillos, mansiones, negocios… en Inglaterra, Escocia y parte del mundo mundial. Esta es una gran diferencia con la monarquía española, ya que la corona británica es una marca comercial y cuando uno viaja a Gran Bretaña se puede encontrar banderitas, tazas, camisetas y miles de recuerdos con la imagen de la reina Isabel II, que, supongo yo, ahora serán cambiados por la imagen del Carlos III. Nuestra monarquía española vive y reside en propiedades del Patrimonio Nacional y cuando veranea, lo hace en propiedades del Patrimonio Nacional y no en propiedades personales, porque en principio no existen.

Y para terminar, hay que señalar que la reina será despedida a lo grande, acompañada de miles de mandatarios mundiales, el día 19 de septiembre. Once días después de su muerte. Hay que pensar que en este tiempo ha sido velada en Edimburgo (Escocia) por todo su pueblo, y trasladada a Londres, donde continúa siendo velada por su pueblo. Curioso el vuelco del pueblo escocés con su monarca, cuando en 2014 hacían un referéndum para ver si se separaban de la corona británica o no. ¿Sería lo mismo si ocurriese en Cataluña o en el País Vasco?

Por no decir que, el féretro ya ha entrado en proceso de descomposición y por lo tanto las medidas de higiene y de protección del cuerpo han debido de ser magníficas.

¡God Save the Queen and God Save the King!

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Comienza el curso

Estamos en septiembre y comienza el curso escolar. Pero no solo el escolar, sino también el político, el judicial, la Liga, la Champions… Hasta por empezar, empiezan los coleccionables por entregas, que dicho sea de paso, para Navidades, ya nadie se acuerda de continuar y siempre se quedan a medias, esperando que el próximo septiembre vuelvan a empezar.

Miles de alumnos y alumnas comienzan, a lo largo de esta semana, sus clases. Para muchos de ellos será la primera vez, para otros será la última. Algunos con ilusión y ganas de volver a encontrarse con sus amigos y compañeros, otros deseando que el primer día de curso sea el último… Pero no todos inician su curso el mismo día, será de forma escalonada. Unos ya el lunes y otros el mismo viernes. Lo cierto es que las vacaciones de verano, ya se han terminado y volvemos a la rutina.

Mientras que los osos hibernan en invierno (diciembre-febrero), nosotros lo hacemos durante el verano (julio-agosto), tiempo en el que se ralentiza la actividad económica, política, escolar… Realizar una gestión en la Administración puede llevar todo el verano. Hasta las fábricas están a media producción.

El curso político comenzó el lunes con una puesta en escena digna de nuestro presidente. Cinco personas haciéndole preguntas y propuestas y él contestando abiertamente a todas ellas. Y digo una puesta en escena, porque, evidentemente, todo estaba preparado, tanto las preguntas como las respuestas, tanto las propuestas como las resoluciones de las propuestas. Y lo que parecía una inauguración del curso político y de la vuelta a la realidad después de las vacaciones, se convirtió en una precampaña electoral. Porque lo cierto es que, ya están viendo a lo lejos y cada vez más cerca, las elecciones municipales, autonómicas e incluso nacionales que se celebrarán el año próximo.

Pero el inicio del curso escolar es mucho más que eso, que los alumnos vuelvan a las aulas. El inicio del curso escolar implica la “cuesta de septiembre”: libros de texto, uniformes, clases extraescolares, particulares o academias, el autobús del cole, el comedor… Y suma y sigue. Y, tal y como están las cosas este año, la vuelta al cole se va a poner por las nubes. Así que, una vez gastados los ahorros del año en vacaciones de verano, volvemos a apretarnos un agujero más en nuestro cinturón para poder sobrellevar septiembre.

Un curso que viene además marcado por una nueva Ley de Educación, que estará vigente en los años impares (1º, 3º, 5º de Educación Primaria y 1º y 3º de Educación Secundaria) y que añade más dificultades a las que ya se encuentran los maestros diariamente con el alumnado que tienen en sus manos.

Así que, si septiembre se ha convertido en el inicio del curso y además la vuelta a la rutina, no entiendo por qué no decretan (esos que tanto les gustan los decretos y gobiernan a golpe de decretazo), que el año no comience en Navidades, sino que lo haga con el curso escolar.

Los Santos Inocentes

 El 28 de diciembre la Iglesia Católica celebra el día de los Santos Inocentes. Con esta fiesta recuerda lo que la tradición narra y los eva...