El 23 de este mes de febrero se publicaba en la prensa melillense que dos mujeres han sido detenidas por la Guardia Civil y acusadas de abandono de menores. Y es que estas mujeres habían cruzado la frontera melillense con sus hijos como si de un día de compras se tratase y se disponían a dejarlos abandonados a las puertas del Centro de la Purísima, para que allí se hiciesen cargo de ellos.
Tras ser puestas a disposición judicial, el juez ha condenado a las mujeres a 6 meses de prisión (no se especifica si será en España o en Marruecos) y que se las acompañe a la frontera junto a sus hijos para su retorno a Marruecos.
Lo cierto es que mañana volverán a repetir la jugada, hasta que les salga bien y puedan dejar a sus hijos en manos de alguien que se ocupe de ellos, les alimente y les proporcione unas condiciones mejores de vida. O eso es lo que ellas se creen, porque lo cierto es que la mayoría de los MENAS que llegan a Melilla, campan a sus anchas por las calles, sin centro, ya que prefieren eso a estar en un centro con unos horarios, normas y exigencias.
Y para terminar me pregunto: ¿Por qué no hacen lo mismo con todas esas familias que semanalmente cruzan la frontera y se reúnen con sus hijos e hijas que viven toda la semana acogidos en los diferentes centros que hay en Melilla? Si esto lo hiciesen con todos ellos, el número de MENAS en Melilla se reduciría a la mitad, por lo menos.