miércoles, 3 de agosto de 2022

Pida usted cita

 España se ha convertido en el país de la cita. Cualquier gestión que tienes que hacer, antes tienes que pedir cita. Para el médico de cabecera, pido cita. Para que me receten medicación, pido cita. Para que me renueven el DNI, pido cita. Para tramitar la tarjeta en mi banco, pido cita. Para sacar dinero en la caja de mi banco, pido cita. Para todo hay que pedir cita. Incluso para tomar una cerveza en un bar, estamos tomando la costumbre de reservar, porque es posible que uno se puede encontrar que no tiene un taburete o un trocito en la barra para tomar esa cerveza.

Desde que comenzó la pandemia lo de las colas y las citas se ha vuelto lo más normal y común del mundo. Recuerdo que antes de la pandemia iba a la panadería y te encontrabas dentro de la tienda a 10 personas, charlando unas con otras, comprando su barra de pan y tan tranquilos todos. Pero con la pandemia, dentro de la panadería dos personas como máximo y el resto haciendo cola, uno detrás de otro y esperando, pacientemente o impacientemente el turno.

Todavía hoy entran muchas personas en un bar y lo primero que preguntan es si en la barra se puede tomar algo. Evidentemente la respuesta es positiva. Antes de la pandemia teníamos hasta tres líneas de personas tomando una cerveza en la barra. Ahora, en cuanto no existe un hueco en la barra, la gente se da media vuelta y se marcha si no hay sitio.

Pues bien, resulta que vas realizar una gestión en la Administración, la que sea, y lo primero que te dice el de seguridad es "tiene usted cita". "Pues no, no tengo cita, porque no he tenido tiempo de sacarla o bien porque he intentado sacarla por internet y me ha resultado imposible, ya que no hay citas para ese día". Así que, no tengo cita y me contesta seriamente "pues no se le puede atender". ¡No se me puede atender! ¿Será porque los funcionarios están a tope de trabajo? Miro a mi alrededor y veo las tres mesas que hay, vacías. Los funcionarios hablando entre ellos tranquilamente y yo sin poder ser atendido porque no tengo cita. Es increíble, pero así es. Ellos tranquilamente parados y charlando y yo sin poder hacer mi gestión, que por otra parte es urgente. Así que, me voy a mi casa, consigo la cita para dos días más tarde y ahora ya estoy más tranquilo, porque como ya tengo cita, ya sé que uno de aquellos tres funcionarios que charlaban tranquilamente, me va a atender y realizar mi gestión, que por otra parte era urgente y ya lleva un retraso de tres días. Pero no se preocupe usted, que ya tiene cita, que eso era lo más importante.

Menos mal que todavía no hay que pedir cita para conectarse a internet y poder leer un blog.

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