Ya en las últimas elecciones de hace 3 años, los socialistas perdieron la mayoría absoluta y se pegaron el gran batacazo desde que en 1982, Felipe González ganase Andalucía para el PSOE. Pero los andaluces no podían perdonar los engaños, mandato tras mandato, de los líderes socialistas, hasta que llegaron Chaves y Griñán y fueron imputados y condenados. Ahí comenzaron a desconfiar del socialismo y a darse cuenta que, los que acusaban de ladrones y de cuentas B, ellos también lo hacían. Por lo que, en 2019, dieron su voto de castigo al PSOE y permitieron que gobernase el PP en coalición con Ciudadanos.
Y muy mal no lo han tenido que hacer en estos tres años, cuando ahora les han proporcionado la mayoría absoluta, es decir, que no necesitan gobiernan junto a nadie porque lo pueden hacer solos. Es evidente que en todo mandato de dos, uno controla al otro. Y ahora, el PP no tiene quien le controle, por lo que tiene que hacerlo muy bien para que los andaluces sigan confiando en ellos. Bueno, quizás puedan demostrar que lo pueden hacer, como llevan haciéndolo en Galicia desde hace décadas.
El varapalo se lo ha llevado, en primer lugar Ciudadanos, quien desaparece del ámbito andaluz, y es posible que en las elecciones del año que viene a nivel nacional, también lo haga del ámbito del país. Es normal que les pase factura, el "digo Diego donde Diego hace lo que no digo". Es decir, que no tienen muy claras las cosas y van pegando palos de ciego con unos y con otros. Hoy apoyo a PP y mañana a PSOE, y así me llevo bien con todos.
El segundo palo para las izquierdas. Para todas, sin excepción. Podemos fracturado y con una ley "sálvese quien pueda que se hunde el Titanic" y con esa política que están planteando, priman los intereses personales. Algo que ha primado en este partido desde que nació. No dejan de ser los hijos del partido comunista, que nunca triunfó en España, por mucho que se empeñasen. Y mira que Anguita lo intentó y quizás fuese el único que sirvió para ello.
Pero el palo más gordo se lo ha llevado el PSOE, que no sólo perdió la mayoría absoluta hace tres años, sino que obtuvo sus peores resultados con 33 escaños y ahora ha llegado a perder 3 más. Y eso que quitaron a Susana Díaz de en medio, porque era muy crítica con su "amado líder" Pedro Sánchez. El amigo Juan Espadas no ha conseguido movilizar a los electores para obtener el voto, y eso que su estrategia fue vender que si el PP ganaba, gobernaría con la extrema derecha reencarnada en VOX. Con este supuesto, lo que ha provocado es que la población prefiriese dar el voto al PP para que no dependiese de VOX. Lo que no decía es que si ganaban ellos, lo harían con la extrema izquierda reencarnada en Podemos y en Adelante Andalucía y todo el batiburrillo de partidos en que ha quedado divido el voto comunista.
Con todo esto, el mapa andaluz pasa de rojo a azul y tienen 4 años para demostrar que las cosas se pueden hacer bien, sin tener que llenarse los bolsillos con el dinero de los ciudadanos, que no digo yo, que no dejarán de hacerlo, porque, en definitiva, el que se mete en política, se llena los bolsillos y se despreocupa de los ciudadanos, que es lo que terminan haciendo hasta los más castos que empezaron en la política pensando en el pueblo y al cabo de unos años, cambiaron su forma de pensar.
Por cierto, corría en la prensa la noticia de que las elecciones andaluzas podrían suponer la antesala a los resultados a nivel nacional, así que Pedro Sánchez, "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario