Al final, el Partido Popular ganó las elecciones regionales. Por la mínima, por apenas un punto y medio de ventaja y dos escaños sobre el PSOE, quien tampoco salió bien librado en estas elecciones, ya que perdió siete escaños y casi cinco puntos porcentuales. Si bien los grandes triunfadores fueron VOX, quien pasó de un escaño, casi desconocido, a 13 y el 17,6% de los votos y los partidos locales como Soria ¡Ya!, quien sacó tres escaños que antes no existían, Unión del Pueblo Leonés, que mejoraba sus resultados con tres escaños y xAvila, quien mantenía su escaño anterior.
El resultado final es que Alfonso Fernández Mañueco, actual presidente regional de Castilla y León, por el PP, podrá mantenerse en el gobierno de la Comunidad, siempre y cuando negocie con VOX y quiera depender de sus condiciones. En definitiva cambia de aliado, ya antes estaba con Ciudadanos y ahora lo hará con VOX.
Toda la situación partió de aquellas filtraciones que se produjeron, en las que se decía que Ciudadanos estaba negociando con el PSOE para realizar mociones de censura en aquellas Comunidades en las que gobernaba junto al PP. Y Castilla y León era una de ellas. Así que, primero Madrid con Ayuso a la cabeza, rompió el gobierno y convocó las elecciones. En este caso le salió bien, porque consiguió la mayoría absoluta y eliminó a Ciudadanos del gobierno. Y en diciembre fue Castilla y León, quienes rompían la coalición y trataban de dar un "ayusazo" como en Madrid, pero no ha sido el caso. Han igualado los resultados de 2019 y de tener como socio a Ciudadanos (que se queda con un solo representante, lo que indica que está en plena liquidación), pasa a tener que echarse en manos de una formación casi desconocida en Castilla y León como es VOX.
Al PP no le ha salido la jugada, pero peor la han llevado en el PSOE, ya que ha perdido el primer puesto que tenía en las anteriores elecciones al ceder siete escaños y Podemos, su socio a nivel nacional, se ha mantenido en porcentaje de voto, pero ha perdido un escaño de los dos que tenía. Así que la izquierda ha salido peor de lo que pensaba. Y por supuesto, Ciudadanos, que se ha dado el gran batacazo y que de los doce escaños que obtuvo tan solo mantiene uno. Algo que será totalmente irrelevante para el futuro gobierno de Castilla y León.
Ahora bien, la gran sorpresa ha sido la irrupción de partidos totalmente localistas. Tenemos el caso de Soria ¡Ya!, que se presentaba únicamente en Soria y que ha conseguido raspar tres escaños. Unión del Pueblo Leonés, una formación que ya tiene sus años, pero que se mantenía bajo mínimos con un par de escaños y que ha mejorado sus resultados considerablemente, obteniendo un escaño más y xAvila, otra formación que se presentaba exclusivamente en Ávila y que ha sabido mantener su escaño de 2019. Esto indica que lo que se viene denominando "España vaciada", empieza a levantar la cabeza y a proclamar ¡aquí estamos!
Lo cual también nos lleva a otra reflexión, quizás más preocupante que la reivindicación de que los pueblos también cuentan. Y es que, mientras se nos vende continuamente que la unión es lo que nos hace crecer y que tenemos que luchar por los intereses de todos, una parte del pueblo piensa que lo importante es preocuparnos por nosotros mismos, por nuestra zona y dejémonos de pensar en el bien común. Así que estos regionalismos que surgen con fuerza, son parte de los nacionalismos que tenemos a nivel nacional.
El PSOE pensaba obtener los votos de esta España vaciada para frenar el avance de PP y VOX y lo que ha conseguido es darse cuenta que está perdiendo fuerza cada día que pasa. Aunque también es verdad que el PP no termina de cuajar entre la sociedad y no consigue movilizar el voto de la gente a su favor.
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