Bendición de animales

 Hoy se celebra san Antonio Abad, patrono de los animales. En muchos pueblos y ciudades todavía se mantiene la tradición de llevar los animales a la iglesia y que el sacerdote los bendiga. Normalmente perros y gatos, pero ya puestos he visto tortugas, conejos, caballos, todo tipo de pájaros y algún que otro cerdo. Que digo yo, que será para que engorde bien y luego tengan buenos jamones.

Pero ¿qué tiene que ver con los animales san Antonio para ser su patrono? La historia señala que a los 20 años, vendió todo lo que tenía y se fue a vivir a una cueva en el desierto, huyendo así del mundo materialista. Allí encontró a un anciano eremita llamado Pablo, que lo introdujo en esa vida de soledad. Pocos años después, fijó su residencia entre las tumbas y sepulcros abandonados, cosa que le hace ser patrono de los enterradores en la actualidad. 

Su fama de asceta se propagó rápidamente y a él se unieron muchas otras personas, organizando así una comunidad de oración y trabajo, pero él volvió a retirarse a la soledad, ya que aquello no era lo que él buscaba en su vida. Tenemos que tener en cuenta que estamos hablando entorno al año 350, donde todavía la vida del monje cristiano, tal y como se inició en la edad media o la conocemos ahora, no existía.

Cuenta el texto de san Jerónimo sobre Pablo el ermitaño que un cuervo le traía un pan a Pablo diariamente y que, cuando Antonio fue a visitarlo, lo recibió trayéndole un pan también a él. Cuando murió Pablo, su maestro, Antonio lo enterró con sus propias manos y con la ayuda de dos leones y de otros animales. Y por otro lado también se cuenta que una vez se le acercó una jabalina con sus cachorros que estaban ciegos y que Antonio, viendo la actitud de súplica de la jabalina, los curó de su ceguera y desde entonces no se separó de él, defendiéndolo de cualquier alimaña que se le acercara.

Es por este motivo que siempre se le presenta acompañado de un cerdo o jabalí.