Pero hay que tener en cuenta que no sólo es culpa de las lluvias torrenciales. Creo que se dan tres causas que, unidas, provocan las grandes inundaciones que llegan a convertir pueblos y ciudades en siniestro total.
Por una parte hay que reconocer que las tormentas que se producen arrojan una gran cantidad de agua en muy poco tiempo. Pero también es cierto que las calles no están limpias para recoger toda la cantidad de agua que trae la tormenta, las alcantarillas no tragan y por si fuera poco los ríos y cauces no están limpios, por lo que pronto se anegan y empiezan a desbordar, provocando inundaciones por donde pasan. Pero por si fuera poco todo esto, hay que reconocer que las construcciones no se encuentran en zonas seguras y se han llevado a cabo en cauces, laderas de valles e incluso en zonas que en su tiempo habían sido ríos, desviando los cauces de los mismos.
Así que, el cambio climático es culpable de estas tormentas que estamos teniendo, pero no hay que olvidar que mucha culpa la tenemos los hombres, que hemos construido en cualquier parte, para aprovechar el suelo de la mejor manera posible, sin tener en cuenta que, en caso de lluvias torrenciales, el agua se lo llevará todo sin piedad.
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