lunes, 16 de agosto de 2021

Afganistan en manos de los talibanes

Las noticias de este fin de semana han recalcado que Afganistán vuelve a ser propiedad de los talibanes. Todos recordaremos después del atentado contra las Torres Gemelas de New York, el 11 de septiembre de 2001, hace ya casi 20 años, EEUU llevó a cabo una fuerte ofensiva contra los países de Oriente Medio como Afganistán, posteriormente en Irak, y que en menor medida afectó a Siria e incluso a Libia. También recordaremos la persecución que realizaron contra Bin Laden, hasta que, definitivamente le "dieron caza" en Paquistán y lo mataron.

Bush se centró en Afganistán, que era donde creía que se había gestado y planificado el atentado de las Torres Gemelas. Así a principios de octubre, enviaron un telegrama a la embajada de Pakistán en el que se pedía a los talibanes afganos que entregaran a Osama Bin Laden y dejaban de dar cobijo a los terroristas de Al-Kaeda, o de lo contrario atacarían el país, con todo lo que tenían a mano. Se negaron a atender las peticiones de EEUU, así que el 7 de octubre, las fuerzas de una coalición internacional, capitaneada por EEUU, dieron lugar a una invasión.

Después de 20 años de intervención y de guerra, en la que han muerto más de 200.000 personas entre civiles y militares, que ha costado a EEUU más de 800.000 millones de dólares y 2000 muertes, ha conseguido poco. Instaurar un gobierno en la capital del país, Kabul, pero que no ha logrado acabar con la amenaza talibán. A España le costó cerca de  4000 millones de euros el mantener las tropas hasta mayo de 2021, que fue cuando salieron los últimos soldados de allí y unos 100 muertos. Al contrario, sin miedo a equivocarnos, podemos decir que los talibanes nunca han sido más fuertes que ahora. Hace 20 años costó poco sacarles del poder. Aunque nunca se llegó a controlar todo el país.

Es un país montañoso, de difícil acceso. Por ejemplo la capital está muy elevada y los inviernos son duros con grandes nevadas. Así que, toda esa intervención no ha servido para mucho ya que las milicias talibanes se han hecho con el control de aproximadamente 200 de los 407 distritos de los que está dividido el país.

Ahora, después de dos meses de avance, han llegado a Kabul, la capital del país, que estaba en manos del gobierno afgano, que tenía sus propias fuerzas militares, entrenadas por americanos y por soldados de los países que allí han estado manteniendo la paz y el orden, entre ellos los españoles. El ejército presenta algo de resistencia, pero no la suficiente.

En el momento en que llegaban las milicias talibanes, salían huyendo de forma desordenada, dejando incluso sus propio armamento allí. Los talibanes practican una guerra de guerrillas muy efectiva, conocen bien la geografía, los dialectos y este tipo de guerra irregular son consumados maestros. Estas tropas afganas que se retiran, ni siquiera se repliegan hacia Kabul, huyen directamente a países vecinos, buscando refugio, por el miedo que les tienen.

Es un poco lo mismo que sucedió en Irak cuando el ejército iraquí se retiró ante el avance del estado islámico. Combatían de una manera muy similar a la de los talibanes, por no decir, en algunos casos completamente igual. Las guerras en esta parte del mundo se parecen bastante unas y otras.

Los talibanes aparecieron en los años 90 en Afganistan y desde entonces no han desaparecido del todo en ningún momento, a pesar de que se han desplegado grandes ofensivas contra ellos.

Esta ofensiva y avance comenzó en el momento en el que la presencia estadounidense e internacional empezó a salir del país. En estos momentos está terminado este repliegue, que tuvo su mayor salida en tiempos de Trump. Muchos, tanto dentro como fuera de Afganistán, culpan a EEUU y a su presidente por la catástrofe, por la retirada de las tropas del territorio. Quedan muy pocos efectivos y todavía tenían capacidad de respuesta. Pero ahora mismo ya no la tienen. Los que acusan a Biden señalan a la dirección equivocada, porque fue Trump quien ordenó la retirada total tras alcanzar un acuerdo con los talibanes en septiembre de 2020 en Katar. Se reunió con una delegación de los talibanes y acordaron que se retirarían las tropas de EEUU. Los talibanes dieron garantías de que no iba a pasar nada grave y que no se iban a poner a pegar tiros, que es precisamente lo primero que han hecho. Ahora, sin penas tropas sobre el terreno, todo lo que Biden puede ofrecer es lo que podía ofrecer hace unos años, apoyo aéreo para castigar las posiciones talibanes. Pero estos ataques tampoco son muy efectivos por los valles de tan difícil acceso, ya que algunos de ellos no tienen ni carreteras.

Ahora, se les ha pedido que cesen las hostilidades y que presenten un plan político para salir de una crisis, en la que no tiene cabida una solución militar. Para los talibanes la única solución posible es la militar. De continuar todo como hasta ahora, la inteligencia estadounidense cree que los talibanes se apoderarán de todo el país antes de final de año.

EEUU y el resto de fuerzas internacionales no quieren volver a intervenir, ni a tener que enviar tropas. Miran con recelo a los talibanes y lo que pueda suceder a partir de ahora. El presidente de Afganistán había hecho poco para evitar la vuelta de los talibanes, no ha preparado una estrategia, ni tampoco EEUU ha formado al ejército en condiciones.

Lo que ahora mismo tenemos es una crisis humanitaria. Un millón de personas desplazadas, las carreteras llenas de gente saliendo y huyendo hacia Kabul, para poder huir vía aérea. Problemas humanitarios, falta de servicios, agua potable, electricidad... Y no podemos olvidarnos de las atrocidades que los talibanes provocan. Asesinatos selectivos, amenazas de muerte, las mujeres, las niñas son obligadas a contraer matrimonios con militares talibanes, las convierten en esclavas sexuales, en muchas ocasiones mueren por malos tratos, violaciones. Los hombres son torturados, fusilados, mutilados.

Lo que pretenden los talibanes todos los sabemos es crear un Emirato Islámico Talibán. Un régimen especialmente riguroso en cuanto a la ley islámica. La población debe observar una serie de pautas en cuanto a la vestimenta. Se prohíbe el consumo de alcohol, so pena de muerte. Los jóvenes deben aprender el Corán de memoria. Los hombres tienen que llevar unas barbas como de profeta, largas y pobladas. Los castigos son ejemplares, con la lapidación como normal. Se obliga a las mujeres a vestir el burka cada vez que salen de casa. No pueden salir de casa solas, tienen que ir con un miembro de la familia, normalmente hombre. La mujer no puede estudiar. No es nada nuevo. La solución hoy es pasar al Emirato o caer en una guerra civil.

En todo el país han aparecido milicias que se unen a las tropas del ejército que huye. Los miembros de estas milicias están especialmente motivados para el combate, porque tratan de defender sus casas, sus familias, campos de cultivo, su religión... Tenemos todos los ingredientes para una posible guerra civil. Muchos no están dispuestos a enfrentarse con ellos, por lo que la población civil trata de huir como sea, agarrándose a los aviones en las ruedas, como hemos podido ver en la televisión.

Si se crease el Emirato Islámico, demostraría que las dos décadas de control e intervención internacional no ha servido para nada. Los talibanes llevaban años planificando el contragolpe y lo han realizado rápidamente. Las milicias talibanes están muy bien organizadas con una jerarquía muy clara, ya que, cuando EEUU exigió el alto el fuego, en pocos días se había producido este, lo que indicaba que las órdenes venían de arriba y se cumplían sin dilación. Dentro del bando talibán también hay diferentes posturas. Si se imponen los más rigurosos, el Emirato Talibán volverá a ser lo que era.

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