El Desastre de Annual es uno de esos hechos de la historia negra y oscura española y que, debe quedar en el olvido, porque supuso una gran derrota de nuestras tropas. Pero es que hay que darles el valor y el honor que, con justicia, se merecen aquellos soldados que perdieron la vida y que muchos de ellos quedaron sepultados en tierras hoy marroquíes, ya que no fueron hallados sus restos o bien fueron enterrados en fosas comunes, imposibles de trasladar hasta el cementerio de Melilla actual.
La caída de Annual comenzó con la derrota de Igueriben, una posición a escasos kilómetros de ella y donde los soldados españoles fueron sitiados hasta desfallecer de sed. Así que días después, la situación de Annual se hizo insostenible. El general Silvestre ordenó el repliegue de las posiciones y blocados (nombre que recibían estos puestos) hacia Melilla. Annual se encuentra a unos 40 kilómetros de Melilla.
Las cabilas dirigidas por Abdelkrim estaban crecidas ante el retroceso de las tropas españolas y tenían sitiadas todas las posiciones. No tenían misericordia con los soldados españoles que allí se encontraban y que necesitados de agua, poco a poco se iban deshidratando bajo el fuerte sol de Marruecos. El agua escaseaba ya que los blocados no disponían de fuentes. Tenían que hacer las aguadas a varios kilómetros, llenando vasijas y transportándolas en acémilas (especie de burros), ya que era la única forma de recorrer aquellas sendas estrechas y tortuosas.
Abdelkrim no respetó el acuerdo pactado con el General Navarro, jefe de la posición en ese momento. Los españoles abandonaron sus blocados para agruparse en Monte Arruit y así poder llegar a Melilla, pero en el momento en que asomaban la cabeza por encima de los sacos terreros. Y los que conseguían salir, eran asaltados en los caminos, abandonados a su suerte, heridos y moribundos. Algunos fueron hechos prisioneros y tras 18 meses de cautiverio, y tras el pago de 4 millones de pesetas de la época, fueron liberados. Pero allí quedaron abandonados y siendo comida de las alimañas la mayoría de aquellos soldados que perdieron la vida.
En aquel momento, el gobierno de turno, no se acordó de ellos y los dejó a su suerte, desde el primer momento que empezaron a sufrir los ataques y el gobierno actual no podía ser menos, y ha realizado el mismo acto, ninguno. Ningún recuerdo para aquellos valientes que murieron por la Patria y que lo hicieron por la "cabezonería de los mandamases" de turno.
En 1949, los restos que fueron rescatados en su momento y metidos en una gran fosa en forma de cruz, precisamente en el Monte Arruit, fueron llevados a Melilla, al Panteón de los Héroes del cementerio de la Purísima Concepción, donde se les rindió honores militares, y todavía hoy, se les rinden ese homenaje por parte de la ciudad. Es lo único que nos recuerda esta fecha.
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