miércoles, 24 de marzo de 2021

El chiste de la semana

Ya ha pasado más de un año desde que el gobierno cerró las fronteras españolas y a los españoles en sus casas. Un año de aquella fecha histórica, 14 de marzo de 2020. Un año viviendo y conviviendo con la pandemia, que ahora sube, ahora baja y aquí nadie sabe qué hacer, porque hoy tenemos unas normas y mañana otras. Y en estas estamos, ante unas contradicciones que, yo creo, que ni los mismos políticos, que son los que nos ponen las normas, se aclaran.

Y mira tú por donde. Estamos en las vísperas de las vacaciones de Semana Santa, esas que a este paso, en pocos años pasarán de ser unas vacaciones por unas fiestas religiosas a ser unas vacaciones porque necesitamos descansar. De hecho, en Melilla las vacaciones de Semana Santa empezaron ya el viernes 19, cuando la mayoría de los colegios se quedaron vacíos, porque los alumnos no fueron a clase y comenzaron a salir aviones y barcos cargados de melillenses que iban a aprovechar estos días de vacaciones para ir de médicos.

Sí, sí, así son las cosas. Resulta que llevamos ya desde finales de enero (27 de enero), para viajar fuera de Melilla hace falta un certificado en el que justifiques tu salida. Entiendo que aquellas personas que están en Melilla por cuestiones de trabajo y tienen a su familia fuera, puedan moverse sin problema. Entiendo que aquellos que tienen que ir al médico porque aquí no existen especialistas, tengan que hacerlo y volver al día siguiente o a los dos días, como mucho. Pero lo que no entiendo es que todas las semanas van y vienen los barcos del fin de semana completos, porque la gente sigue viajando con sus "certificados". Y claro, de momento no han estado pidiendo nada a la vuelta, con lo que la gente utiliza sus artimañas.

Artimañas que consisten en: solicitar desde Melilla una consulta con un médico privado en la ciudad que se quiere visitar: Málaga, Granada, Sevilla, Madrid... Una vez allí, cancelar la cita médica y aprovechar para visitar el "hospital Ikea", o "la clínica Carrefour", que desgraciadamente no existen en Melilla. Regresar a Melilla sin necesidad de presentar un justificante de la asistencia a la cita y listo, se acabó el problema. ¡Ah no! que ahora el problema es que tenemos 500 casos positivos de COVID-19 en Melilla.

A sí es. El día 14 de marzo de 2020 nos cerraron a todos en casa porque la pandemia había llegado y nos estaba matando indiscriminadamente. Así estuvimos tres meses y ya por fin pudimos salir. Durante esa primera oleada, en Melilla llegamos a los 200 casos, escasamente, en tres meses. Sí, poco más y fallecidos, unos 20 como mucho. Los datos están por ahí, que incluso hay gente que se ha dedicado a  hacer gráficos de la evolución de la pandemia diariamente. Pero estuvimos encerrados y no podíamos salir de casa porque el peligro estaba fuera. Parecía Walking Dead, donde era mejor estar escondido. Hasta para ir a por el pan ibas con miedo.

Y resulta que ahora, en la ¿tercera? ¿cuarta? ¿séptima? ola, tenemos más de 500 casos, muertes en el mes de marzo ya son 5 ó 6 y ahora estamos saliendo a la calle sin problema, vamos a trabajar, no hace falta que nos encerremos en casa, incluso positivos que van al supermercado, y por supuesto, viajamos con justificante... Ahora no hace falta confinarnos y encerrarnos. ¿Usted lo entiende? Yo no.

Y ahora viene el chiste. Ya voy para dos años sin poder ir a visitar a mi madre que vive en San Sebastián. Y de momento seguiré sin poder ir, porque no puedo salir de mi comunidad y entrar en otras. Pero ya he encontrado la solución. Viajo con un justificante médico de Melilla a Madrid, porque solicito una cita a un especialista privado en esta ciudad. Y allí cojo un avión que me lleve a Burdeos, por ejemplo, o incluso a París. Viajo con mi PCR negativo, por supuesto. Y una vez allí, puedo viajar por carretera a San Sebastián, porque no tendré problemas para cruzar la frontera o vuelo hasta Bilbao o Fuenterrabía y listo, ya estoy en San Sebastián sin ningún problema. Y es que este es el chiste. Si soy español no puedo viajar de una ciudad a otra fuera de la Comunidad Autónoma, pero si soy extranjero puedo viajar a la ciudad que yo quiera. ¡Claro, es para fomentar el turismo! Pues me parece injusto. No, creo que injusto no es el término, me parece incongruente y por supuesto, me parece de cachondeo.

Fíjate si parece cachondeo, que hasta en Bruselas, desde el gobierno de la Unión Europea, le han dicho al gobierno de España que esto suena un poco a contradicción y que reconsideren las medidas que se están tomando. Y claro, es que uno cuando viaja desde el extranjero no contagia, ni se contagia. Pero cuando viaja de una Comunidad Autónoma a otra, tiene todas las papeletas de pillar lo que no quiere. Y es que una vez más demostramos que vivimos una pandemia selectiva.

Menos mal que el gobierno de Melilla ha reaccionado. Tarde, pero parece que ha reaccionado. El fin de semana del 19 al 21 de marzo, empezaron a solicitar un justificante de la asistencia a la cita médica que habían solicitado. Y 25 multas que han plantado. Pero de qué, si no las van a pagar, porque las recurrirán y dirán que se les olvidó pedirlo, o que es ilegal lo que están haciendo de prohibir viajar por España a un español. Y si la sentencia es favorable por este segundo caso, fijo que este verano, me ven recorriendo España para poder ir a visitar a mi madre.

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