viernes, 5 de febrero de 2021

Flipante la justicia de este país

Me he quedado flipado al leer la noticia en la prensa. "Siete meses de cárcel para el ciudadano que se fue detenido por comer roscón delante de la casa de Iglesia". Me quedo flipando porque justo hace un par de días se había publicado otra noticia que decía "siete meses para «el melillero» por maltratos a una expareja en 2016». Este individuo había sido detenido a finales de enero, después de que rociase a su última pareja y a una amiga con ácido. Fue detenido después de ser perseguido durante varios días tras huir de la policía nacional.

Y me quedo alucinando porque ya no sé cuál es la medida en la justicia. Me parece que un delito es mucho más grave que el otro y no lo entiendo. "El melillero" fue ese individuo que persiguió en Málaga al coche de su expareja y cuando pararon, este hombre se acercó a su coche, les mandó bajar la ventanilla y las roció con ácido. Las dos tuvieron que ser ingresadas en el hospital, la amiga con quemaduras menos graves, pero la expareja ingresada en la UCI por las heridas gravísimas provocadas por las quemaduras. El tipo se da a la fuga y por la noche lo detecta la policía nacional e intenta arrollarles. Se esconde y después de dos o tres días consiguen detenerlo. Cuando han descubierto que tenía un montón de delitos, que estaba buscado y hacía vida completamente normal. Es que además cuando lo detienen dice que no había hecho nada. Pero si provocó un caos durante tres días que lo estuvieron persiguiendo la policía nacional.

Ahora lo juzgan por un caso anterior, por haber arrastrado a su pareja en aquel momento por el suelo de una discoteca y, con lo que se están persiguiendo los casos de maltrato de género, y resulta que sólo le caen 7 meses y una orden de alejamiento de 500 metros. De momento sigue en la cárcel y la verdad, espero que no salga en 7 meses, sino que le puedan seguir haciendo juicios. Es algo ilógico, desde luego, que agredir a alguien sea tan "barato".

El otro ciudadano, que también ha sido juzgado a 7 meses de prisión, tuvo la mala suerte de irse a comer un roscón con chocolate el 30 de diciembre, con sus amigos, a la calle donde el señor Iglesias tiene su vivienda. Mientras estaban allí, la guardia civil les dijo que tenían que retirarse de la vía pública. Es que ya nos prohiben hasta estar en la calle o en ciertas calles. Vía pública significa que uno puede pasear tranquilamente por ella. Y si no, que la llamen vía privada y así sólo podrá circular por ella su propietario.

Al parecer este señor se enfrentó con la guardia civil, según el fiscal y entonces pedían para él 20 meses de prisión. El juez, después de visionar los vídeos que se presentaron como pruebas, sólo le ha condenado 7 meses.

Me parece increíble que el señor Iglesias, que en su momento apoyó y pidió a sus seguidores que hiciesen esta presión a los políticos, que no sólo eso, sino que le parecían justas medidas de exigencia, pero resulta que cuando le ha tocado a él ya no le parecen justos, porque están delante de su casa y le molestan a sus hijos. Ya no son justos cuando atentan contra la vida personal de él directamente, pero mientras tanto era de justicia hacer esta presión. Ya no solo que vayan a manifestarse, sino incluso le molesta que estén allí tranquilamente merendando o comiéndose un roscón y su chocolate, para celebrar la Navidad. Sin hacer ningún daño, sin hacer ningún mal. Sin más. 

Ya hemos hablando muchas veces de la polémica del señor Iglesia con la gente que se reúne en las puertas de su casa o en la calle de su casa. Incluso llegó a denunciar y pedir años de cárcel para aquel que, según él, estaba sacando fotos de su casa por la parte de atrás. El juez no lo vio así y por eso no le condenó. Es absurdo que uno no pueda pasear por zonas públicas de campo o que no pueda merendar donde le dé la gana.

Supongo que este hombre no cumplirá los 7 meses de cárcel por no tener antecedentes. Si bien, la condena es por enfrentarse a la guardia civil, autoridad. Vaya, autoridad cuando a ellos les da la gana, porque cuando los inmigrantes entran en España agrediendo a los guardias e incluso lesionándolos, ahí no hay condena. El inmigrante pasa y se le lleva al CETI y listo. Mientras la justicia esté al servicio de la política, me parece que esto no tiene mucha solución.

Es absurdo que la libertad de poder moverme por donde yo quiera, esté coaccionada por estos sinvergüenzas, porque no tienen otro nombre, sinvergüenzas.

Está visto que cuando a mí no me afecta es libertad de expresión, pero cuando ya me afecta directamente, entonces no es libertad de expresión, sino que es acoso. Cada día estoy más convencido que el señor Iglesias ha pasado de estar en contra de la "casta" a ser "casta".

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