sábado, 16 de enero de 2021

Acaban las navidades y los números de positivos se disparan. Claro, los bares y restaurantes que no han parado en todas las navidades. Así que el Gobierno de la Ciudad de Melilla determinó que pasadas las fiestas navideñas había que poner coto y fin. Pasados los Reyes marcaron los horarios de cierre de los comercios a las 19:00h y el toque de queda volvieron a adelantarlo a las 22:00h.

Visto lo visto, se me ocurre salir al centro a las 19:30h-20:00h y qué me encuentro. Una ciudad donde todo está cerrado salvo farmacias, alimentación y gimnasios, porque con los abusos de las fiestas, hay que ponerse en forma y guardar la línea. Eso es muy importante. Así que en el centro está todo cerrado, pero las calles llenas de jóvenes en grupos. Unos sin mascarilla, otros con la mascarilla al cuelo, otros con la nariz por fuera y una minoría con la mascarilla bien puesta. Y es que con lo listo e inteligente que es este bicho sabe que a estos grupos no debe atacar.

Tomadas las medidas, los números siguen aumentando, hasta que el 14 de enero llegamos a los 500 casos (15 en el hospital y 3 en UCI), el Presidente de la Ciudad sale para invitar a la población a un autoconfinamiento. Saben de sobra que volver a cerrar todo es la ruina total y que no se puede hacer frente a las ayudas necesarias. No hay dinero en las arcas municipales ni en las de España. Así que autoconfinamiento.

Eso es lo que llevo haciendo yo todas las navidades. Del trabajo a casa y de casa al trabajo. Salgo al supermercado y para casa. Si hago deporte a horas que no hay gente, las 7:00 de la mañana, y por zonas en las que no me cruzo con nadie. Si salgo a pasear por la tarde con mi mujer, a las 20:00h y por zonas desiertas, para no cruzarnos con nadie. El resto del día, en casa.

Pero claro, anoche salgo a bajar la basura y al lado del contenedor 11 personas, sin mascarilla, sin distancia, como si la cosa no fuera con ellos. Eran las 21:30h pasadas, por lo que todavía quedaba tiempo para tomarse otra cervecita antes de irse a casa. ¡Ah! pero si está todo cerrado. Los bares de la zona cerrados, las tiendas, cerradas y la tienda de alimentación también cerrada, porque ya había pasado la hora máxima. Pero eso no quita que me lleve mis cervezas en una bolsa para tomármelas mientras charlo con los colegas. 

¿Y la culpa siguen teniéndola los bares? ¿Cuándo van a dejar de engañarnos y van a decir que la culpa es de las reuniones sociales que hacemos en las calles o en las casas? No en los bares, donde se guardan las distancias y se exige la mascarilla para caminar por el bar al baño y a tu mesa, porque todo lo demás está prohibido. En la barra, prohibido consumir, e incluso que te sirvan en ella, así que ¿cómo es posible que los bares sigan siendo el foco de los contagios?

Lo prometo, como vuelvan a cerrar los bares, voy a empezar a publicar imágenes de las calles y locales de alimentación, llenos hasta la bandera y donde no pasa nada, porque allí nadie se contagia.

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