martes, 22 de diciembre de 2020

Marruecos reivindica Ceuta y Melilla

Noticia que salta en la prensa el día 22 de diciembre: "Tras el Sáhara, Ceuta y Melilla son cuestiones pendientes".  Está visto que estos señores de Marruecos no han estudiado historia y toda su obsesión es agrandar sus territorios. ¿Para qué, si son incapaces de mantener y cuidar lo que tienen, para qué quieren más? Llevan años reivindicando las ciudades de Ceuta y Melilla como suyas. Y la verdad es que cada vez que hacen un movimiento nadie les dice nada. El año pasado se apropiaban de aguas marítimas próximas a Canarias y nadie les hacía retroceder. En Melilla, el territorio que tiene que estar entre un país y otro, y que recibe el nombre de "Tierra de nadie", no existe. Se han ido apropiando poco a poco de este espacio y según cruzas la frontera de Beni-Enzar, ya te estás encontrando casas en ese espacio, que debería estar libre de viviendas.

Bueno, pues como estos señores marroquíes, que no se enteran de su propia historia, vamos a explicarles que Melilla y Ceuta pertenecen a España, mucho antes de que ellos fueran país, es decir, mucho antes de que Marruecos existiese como tal. Fue en 1956 cuando Marruecos se independiza de Francia y España y se crea como país propiamente. Hasta entonces estos países se habían repartido el territorio. Desde 1888, más o menos, España se había quedado con la zona norte, mientras que Francia se quedó con el resto del país. En 1956 se independiza y por lo tanto España abandona el territorio y deja el protectorado. Francia hace la misma operación. Y hasta 1888, ¿qué había pasado? Pues se trataba normalmente de reinados alauitas, que es la dinastía que hoy reina en Marruecos, sultanatos como el de Fez, beréberes en la zona del Rif y que se trasladaban de un sitio a otro. Por tanto, NO EXISTÍAN COMO PAÍS.

En 1975 España propone un referéndum de autodeterminación para el territorio del Sáhara, y rápidamente Marruecos se opone a este referéndum indicando que este territorio le pertenece y por lo tanto lo invade. Surge el Frente Polisario para hacer oposición a Marruecos y el conflicto llega a nuestros días. Hace precisamente unas semanas volvió a estallar el conflicto e incluso la amenaza de Marruecos de utilizar la fuerza. Por su parte el Sáhara se sienten españoles y no quieren ser invadidos por Marruecos, que es lo que mantiene vivo el problema.

No contento con esto, Marruecos también quiere hacerse con las aguas marítimas de Canarias y por supuesto con las "islas afortunadas", algo que España se niega a reconocer. Lo que estamos viviendo en las últimas semanas de la "invasión de Canarias por inmigrantes" es una forma de hacerse con Canarias. Llegan a sus costas cayucos llenos de jóvenes, hombres sanos y muchos de ellos ex-militares y ex-presidiarios marroquíes. Una forma de invasión callada. Su propósito es enviar 30.000 personas. Algo insostenible.

Y llegamos a la constante reivindicación sobre Ceuta y Melilla, que se vienen llevando a cabo desde hace años. Pues vamos a intentar explicar un poco cómo fue la conquista de Melilla en el año 1497, cuando el país de Marruecos no era más que un conjunto de reinos.

En 927, Abderramán III incorporó Melilla al emirato cordobés, que poco después sería el califato de Córdoba. Pero esta vinculación duró poco y Melilla se convirtió en objeto de discordia entre los sultanes de Fez y Tremecén, hasta el punto de quedar destruida y casi deshabitada.

Tras la conquista del reino de Granada en 1492 por los Reyes Católicos, éstos decide expandir su territorio por el Norte de África. El comendador Martín Galindo había reconocido la Ciudad de Melilla y sus alrededores. Pero informó a los reyes de que la conquista sería muy difícil, lo cual hizo renunciar a la conquista de la plaza.

El gobernador de Andalucía, Juan Alonso de Guzmán, duque de Medina-Sidonia, al darse cuenta de que la corona de Castilla y León renunciaba a conquistar la Ciudad, decidió tomar la empresa a su cargo. Para ello, envió a Pedro Estopiñán, para que explorara la península de Tres Forcas. Pedro llegó acompañado del artillero Francisco Ramírez de Madrid. Pedro inspeccionó Melilla disfrazado de comerciante y a su regreso, le señaló al duque todo lo necesario para su toma.

El duque ordenó juntar a cinco mil hombres a pie y algunos a caballo. Mandó preparar los barcos cargándolos con harina, vino, tocino, carne y aceite y todos lo que fuese necesario, artillería, lanzas, espingardas y munición.

También llevaban en el barco gran cantidad de cal y de madera para reedificar la ciudad. Con toda esta armada y gente, partió Pedro de Estopiñán del puerto de San Lucar en el mes de septiembre de 1497. Antes de llegar a las costas melillenses, se detuvieron en el mar para no llegar de día, y llegando la noche, la primera cosa que hicieron fue sacar a tierra un enmaderamiento de vigas que se encajaban y tablazón que llevaban hecho de la Península. Trabajaron toda la noche en poner alrededor de la muralla derribada, por la parte de afuera, una empalizada con lo que llevaban. Así que cuando amaneció, los moros que andaban por los campos y que habían visto el día anterior a Melilla asolada, ahora la vieron con muros y torres y con gran sonido de tambores y de artillería. Echaron a correr y no se detuvieron, pensando que los que allí se encontraban eran diablos y no cristianos.

En los siguientes días, se dieron prisa en hacer una fuerte protección de tal manera que cuando llegaron los moros para expulsarlos de allí, vieron que era imposible por lo bien defendida que estaba la ciudad. Luchando y trabajando terminaron las obras, reparando todos los adarves y torres.

Pedro de Estopiñán regresó para dar parte al Duque, quedando en la Ciudad como alcaide el Capitán Gómez Suárez, criado del Duque de Medina y alcaide de la villa de Chiclana. La ciudad fue conquistada el 17 de septiembre de 1497. Posteriormente serían fijados los límites de las áreas de influencia de la misma.

El Duque, una vez conocida la noticia de que Melilla había sido tomada, envió a los Reyes Católicos el título de posesión, siendo incorporada la Ciudad a la Corona de Castilla y León inmediatamente. Desde entonces, Melilla ha sido española y ya han pasado unos cuantos cientos de años.


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