lunes, 21 de diciembre de 2020

¿Cuánto nos cuesta mantener los "sin techo" marroquíes?

Como últimamente estoy aburrido, se me ocurrió empezar a rebuscar en el portal de transparencia de la Ciudad de Melilla y descubrí cosas muy curiosas que se nos pasan desapercibidas en la mayoría de las ocasiones. He de decir que el portal de transparencia de la página web de la ciudad está cerrado desde 2018 y que ha sido llevado al ministerio de Hacienda, como todos los de las Comunidades Autonómicas. Y también hay que pillarle el tranquillo para poder encontrar la información que uno va buscando o quiere sacar, ya que, como vayas un poco despistado no sales de un bucle en tus peticiones.

Así que una vez que pude acceder a los contratos menores de la Ciudad en este año 2020, me entretuve con un tema que me interesaba. Voy a relatar un poco la historia desde que comenzó en marzo.

El 13 de marzo por la noche, un día antes de que el tema de la pandemia saltase por los aires, el gobierno de Marruecos decretó el cierre de la frontera de Melilla y Ceuta. Así que hasta las 12 de la noche, todos aquellos marroquíes que estuviesen en territorio español podían regresar. Después de esa hora "búscate la vida", fue el lema. Esta situación sigue vigente a día de hoy, aunque existen algunas rutas de conexión desde la Península.

La cosa es que aquí en Melilla se quedaron cerca de 300 marroquíes (más o menos fue la cifra oficial en un principio). Estas personas estaban en la calle, con lo que el gobierno de Melilla, pensando que esta situación sería temporal y que se permitiría el paso a Marruecos en cosa de días o semanas, buscaron una solución para poder recoger a estas personas y sacarlas de la calle.

En un principio se las instaló en el Pabellón Lázaro Fernández, en el barrio del Real. Este pabellón está rodeado de viviendas y queda en el centro, más o menos, del barrio. Por lo tanto se habilitó para poder acogerles. Pero allí duraron menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Por la noche estas personas se dedicaban a montar juerga: bailes, gritos, peleas, se escapaban del pabellón y pululaban por la ciudad... Y eso que estábamos confinados en nuestras casas y nos pedían que no saliéramos a la calle. Así que los vecinos empezaron a protestar porque no podían dormir ni de día ni de noche. Y entonces el gobierno de la Ciudad busca una solución, una nueva ubicación.

Ahora busco entre los contratos menores el coste de la habilitación, mantenimiento y limpieza del pabellón, seguridad, en estos días que estuvo ocupado. Hay que añadirle el arreglo de los desperfectos ocasionados, porque rompieron y destrozaron lo que les dio la gana. Entre los meses de marzo y abril se gastaron 58.386,86 euros en contratos que he podido localizar.

De aquí se les traslada a las instalaciones de un conocido complejo hostelero dedicado a fiestas y banquetes, V Pino. Se encuentra próximo a las instalaciones del aeropuerto y por lo tanto un poco alejado de la población, por lo que así podemos evitar los ruidos y fiestas nocturnas. Allí les montan una serie de carpas, que tal y como se anunció en un principio eran las carpas que se utilizaban para la feria de Melilla en septiembre. Parecía que el tema estaba solucionado y que allí ya no habría más quejas, hasta que llegaron las lluvias de abril y mayo y aquel terreno empezó a encharcarse y a no tragar el agua que caía. Las carpas, abiertas por abajo, empezaron a colar el agua hacia el interior, lo que provocaba que dentro de ellas se hiciese un perpetuo charco sobre el que tenían que dormir. Condiciones inhumanas, desde luego.

Total que también hubo que desalojarlos de allí y trasladarlos. Mientras tanto otra deuda nos había quedado en estas instalaciones. Entre seguridad, habilitación y limpieza, más reparación de los desperfectos ocasionados y que tuvieron que ser reparados para que el propietario de la finca no denunciase, se gastaron entre abril, mayo y junio (e incluso un gasto que he encontrado de agosto), 39.118,06 euros.

Así que se decide trasladarlos a la Plaza de Toros, la Mezquita del toreo, la única plaza de toros que quedaba en activo en el norte de África. Y digo que quedaba, porque ya se han encargado ellos de cerrarla y de hacer que no se vuelva a utilizar. Se trasladan allí a todos estas personas, se acondicionan los pasillos y salas de la plaza y además en el ruedo se instala una carpa de las que han quedado más o menos reutilizables del V Pino. Nuevamente hay que contratar la seguridad, limpieza, reparaciones y arreglos que van surgiendo en los meses. Y empiezan los gastos que todavía a mes de hoy siguen aumentando. Desde los meses de abril, mayo, septiembre tenemos 77.740,20 euros. A estos gastos supongo que hay que añadirle la alimentación diaria de toda esta gente.

Y aquí siguen acogidos todas estas personas marroquíes que se han quedado en la Ciudad Autónoma. Ahora seguimos añadiendo. En el mes de junio, si no recuerdo mal, se consigue abrir un pasillo humanitario para poder trasladar estos inmigrantes que se han quedado aquí a sus hogares en Marruecos. Se organizan unas listas, ya que las plazas también son numeradas, 200 personas. Y entonces empiezan a salir marroquíes que estaban en Melilla en casas, vecinos, familiares, y Dios sabe dónde. Lo cierto es que se abrieron las fronteras, pasaron 200 personas y cuando se volvieron a cerrar, el número de personas acogidas en la plaza de toros, apenas había descendido. ¿Y eso cómo pudo ser? Pues porque en las listas empezaron a aparecer nombres y personas que no se tenía conocimiento que estaban aquí. Para encabezar la lista estaba el alcalde de la ciudad de Nador, localidad próxima a Melilla. Vamos, que este señor había quedado atrapado aquí el día 13 de marzo y tres meses después regresaba a su ciudad y por supuesto a su puesto de trabajo, dirigir el ayuntamiento de su ciudad. Increíble, pero cierto. Para qué veamos lo útil y necesario que es un alcalde para el funcionamiento de una ciudad en plena pandemia sanitaria.

Bien, meses más tarde se volvieron a abrir las fronteras con un nuevo traslado de inmigrantes a Marruecos y nuevamente listas y números para el traslado. Otros 200 inmigrantes marroquíes y ¡¡todavía siguen quedando cientos de marroquíes en la plaza de toros!! Pero bueno, ¿cómo es posible? Pues así estamos. Y por si fuera poco, el gobierno de la ciudad aprovecha para desalojar de las instalaciones de la plaza de toros, a la Asociación taurina, que tenían un local de hostelería allí y que también hay que decir, estaban sentenciados, no a salir, sino a que se pusiera a concurso la gestión del local. Lo cierto es que este gobierno aprovechó, con la disculpa de que eran necesarias las instalaciones, para desalojar el local y que recogiesen, en cuestión de días, todas sus posesiones.

Mientras tanto, como el número de menores acogidos por la Ciudad aumentaba y las instalaciones de la Purísima eran incapaces de acoger a tantos menores y mantener las distancias mínimas, deciden habilitar el Fuerte de Rostrogordo, que es un camping con sus cabañas e instalaciones preparadas para esta finalidad, como centro de acogida para MENAs. Y mientras los melillenses teníamos que quedarnos en casa, ellos podían disfrutar de la piscina, pistas de juegos e instalaciones del camping de Melilla. Nuevamente obras de habilitación, arreglos de las cabañas, vallado, sistemas eléctricos, fontanería..., seguridad, limpieza... En definitiva, sumamos contratos menores, uno tras otro, y 142.043,10 euros de las arcas de los melillenses salieron para este centro de MENAs que montaron. Y mientras tanto los MENAs, pululando por las calles y negándose a ir a los centros de acogida preparados para ellos.

De pronto, en los meses de septiembre y octubre empiezan a subir el número de casos COVID en Melilla. Y por supuesto, llegan al CETI, y a la plaza de toros. Por lo que hay que habilitar un espacio para que estas personas contagiadas puedas separarse de los no contagiados. Se piensa en unas instalaciones en los Altos del Real, campo de fútbol y por lo tanto hay que montar una serie de módulos para poder habilitarlo. Se ponen manos a la obra y durante el mes de septiembre se gastan 71.111,24 euros para la acogida de no se sabe cuántos inmigrantes contagiados ocuparon las instalaciones. Anteriormente en el mes de julio surgió un problema en este espacio y tuvieron que hacer unas obras de bombeo que costaron 14.612 euros. Lo cierto es que se quedó todo muy oscuro y repito, no sé cuantos infectados fueron llevados allí.

Total, que me pongo a sumar y 403.011,46 euros nos han costado los inmigrantes marroquíes que "viven" en Melilla a costa de los melillenses, sean MENAs como gentes que se han quedado por el cierre de las fronteras. Repito que estos datos están sacados del portal de transparencia del ministerio de Hacienda y hacen referencia al 2º y 3er trimestre de 2020 y sólo incluyen los contratos menores (menos de 40.000 euros) que se pueden realizar "a dedo" y sin necesidad de concursos. A esto hay que añadirles gastos de alimentación y seguramente que me he saltado alguno más.

Y mientras tanto, ciudadanos de Melilla sin trabajo, en paro, sin ingresos... Por cierto, mientras escribo esto, leo en la prensa que la plaza de toros se encuentra confinada por positivos y de ella se han escapado 8 ó 9 inmigrantes a la fuerza. 20 días he estado yo sin salir de mi casa sin que nadie me controlase y estos "han escapado" cuando tienen dos personas de seguridad en cada puerta. ¡Felicidades! Dentro de unos días nos decís que han vuelto a aumentar los casos de COVID y por lo tanto volvemos a cerrar la hostelería, que es la culpable.

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