Es evidente que durante años, e incluso siglos, los europeos nos hemos estado aprovechando de África, de sus recursos y de su mano de obra barata. Nos han servido como esclavos, como conejillos de indias para experimentos y en estos últimos años como recursos para deshacernos de nuestras armas viejas provocando múltiples guerras civiles. Guerras que han llevado como consecuencia el espolio de diamantes, oro y distintos minerales cotizados en Europa para seguir creciendo económicamente.
Ahora bien, también es claro y visible que las mafias siguen vendiendo la panacea europea a estas gentes. "Vente para Europa que hay trabajo, dinero, comida, no te faltará de nada". Es falso, porque llegan a Europa y se encuentran recogidos en un centro de inmigrantes, tirados en el suelo, porque no hay camas suficientes, teniendo que repartirse la comida como pueden porque no hay para todos y esperando que les rellenen los papeles de repatriación para que sean expulsados y vuelvan a su punto de origen y volver a empezar todo. Y lo peor de todo esto es que muchos de ellos se gastan lo poco que tienen para poder hacer este viaje a lo desconocido e incluso llegan a hipotecar sus vidas para conseguir un destino ideal, ya que las mafias comercian con ellos o con sus familiares.
Y mientras tanto, los países europeos cierran los ojos a la inmigración, cierran los ojos a lo que sucede en las costas, porque me toca de lejos, cierran los ojos a lo que ocurre en los países de origen e incluso llegan a apagar el radar que controla y localiza las embarcaciones que se acercan a las costas, como está ocurriendo en Canarias, donde el gobierno socialcomunista y del progreso ha ordenado apagar el radar que se encuentra allí para que no se corte la llegada de inmigrantes.
Lo peor es que tratan de engañarnos y nos dicen que no pasan más de 72 horas tirados en el muelle del puerto sin ser recolocados, cuando algunos llevan allí días y días (hasta 24 días contabilizaban de algún caso). Encima con este tema de la pandemia tienen que ser puestos en cuarentena y se les escapan del control, por lo que campan de un lado para otro.
Por si fuera poco, ciertas ONGs promocionan esta llegada masiva de inmigrantes, que se ha convertido y se está convirtiendo en una invasión. No les importa si llegan muchos o nos superan, ya que ellos siguen recibiendo fondos de ayuda, que les permiten seguir subsistiendo. Porque es así, muchas ONGs viven a costa de los inmigrantes. Cuantos más lleguen, más necesarios somos y por lo tanto más dinero recibimos de los gobiernos para que podamos atenderlos. Y lo peor es que no todas las ayudas llegan a su destino, sino que mucho dinero se queda en el camino. Y esto es lo mismo que les pasa a los gobiernos. Nos interesa que vengan muchos inmigrantes para que las ayudas de la Unión Europea sigan llegando con ellos. Luego ya repartiremos el dinero como mejor nos plazca, pero que venga.
Así que ya lo vemos, dentro de poco Europa se habrá convertido en una África, en la que la población habrá cambiado su cultura, sus valores, incluso sus hábitos de alimentación. Porque toda invasión lleva a esto, a que los habitantes del lugar receptor van variando sus costumbres. Y si no, podemos ver lo que ocurrió en el lejano oeste con los indios y los invasores europeos, que llegaron y arrasaron con todo, relegando a los indios, propietarios de aquellas tierras, a unas reservas que todavía hoy se conservan como atractivo turístico.
Ojalá no nos suceda a nosotros esto, y que nuestros hijos no tengan que vivir en "reservas" destinadas a la atracción turística ante la invasión africana.
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