Los monopatines eléctricos se han convertido en el terror de los conductores en la ciudad. No teníamos bastante con vigilar a las motos y bicicletas que se meten entre los coches, sin respetar si adelantan por la derecha o por la izquierda, que ahora también tenemos que vigilar, y con mucha más atención a los usuarios de los monopatines eléctricos. Y es que miras una vez y no está y de pronto, lo tienes delante tuyo cruzándose y haciendo piruetas entre los coches.
Y eso por no hablar de aquel que en un momento dado es vehículo y de repente, ve un paso de cebra y se convierte en peatón, todo eso sin reducir la velocidad. Y aquellos que se convierten en camicazes y vienen en dirección contraria a la marcha normal de la circulación. Les pitas, les dices algo y todavía te saludan como si con ellos no fuese la cosa. Y todo esto, sin casco, sin protecciones y en muchas ocasiones llevando un pasajero agarrado por la cintura.
Y parecer ser que la policía no da con estos "peligros de la ciudad", porque todavía no he visto ninguna patrulla parando y multando a estos locos de la circulación.
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