Día 22 de la nueva normalidad

Propongo este interesante análisis de las elecciones autonómicas de Galicia y País Vasco, porque me parece muy interesante y además nos puede seguir abriendo los ojos de lo que está sucediendo en España. Es preocupante el auge de los nacionalismos que en el fondo son un regreso al nazismo de Hitler que tanto mal hizo en Alemania y del que no quieren oír hablar. Sin embargo nosotros parece que cada vez apostamos más por ellos.

La situación en Lérida está totalmente desorientada. El Gobierno catalán indica que se confinen en casa y cierren negocios. Sin embargo una jueza ha paralizado este confinamiento como algo ilegal y por lo tanto indica que no hay confinamiento. La gente no sabe si puede salir, si puede abrir sus negocios... Y la desorientación aumenta cuando se disparan los casos. Muchos de ellos son asintomáticos, sin embargo hay ingresos en hospitales y en UCIs y también muertes. Las Comunidades Autónomas tienen que empezar a ser eficaces. Curiosamente en Lugo los casos se reducen y en Lérida aumentan. ¿Eficiencia? Cada uno que lo valore como quiera.

Hoy se ha reunido Sánchez con el primer ministro holandés, uno de los más críticos con el "despilfarro" español. Y les han puesto en su lugar. Una vez más les han dicho que ya está bien de regalar a los vagos el dinero y las ayudas. Que ellos no están para solucionar los problemas que hay en España. Primero deben solucionar los problemas en España y luego nos sentamos a hablar. A esto se une también el rechazo de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo por un voto, que evidentemente, no se sabe de quien ha sido. Ese rechazo ha indicado que desde Europa no se fían de España, de sus gobernantes y de sus acciones políticas. El que quiera dinero tiene que hacer cosas y apretarse el cinturón.

El domingo fue detenido un "manifiestante" frente al chalet del señor Iglesias por grabar y sacar fotos de la casa. Ayer se manifestaron con cacerolas 20 personas y son multadas con 600 euros cada una. Otro despropósito de nuestro querido vicepresidente segundo. Al parecer el "jarabe democrático" que fundó le gusta para los otros pero no para él. Le molestan las cacerolas cuando se mete en la piscina y toma el sol, porque las vacaciones ya están aquí y por supuesto "se las ha ganado". Después del descalabro de Galicia y País Vasco, prefiere no aparecer en público, porque tiene que empezar a dar muchas explicaciones, de muchos temas.