martes, 7 de julio de 2020

Día 16 de la nueva normalidad

Es curioso que hasta hace unos meses no había plan B y había que decretar el Estado de Alarma y continuarlo en el tiempo, y ahora, ante los rebrotes, se están realizando confinamientos sectoriales, reducción de aforos, obligatoriedad de mascarillas, distanciamientos sociales... Todo menos cerrar y estrangular la economía de los comercios. ¿Por qué antes sí y ahora no? Lo estamos viendo en Lérida y Lugo, donde los rebrotes han sido grandes y numerosos. Aquí se está confinando judicialmente en edificios y localidades, pero no se han cerrado a cal y canto los comercios. La gente puede seguir haciendo una vida más o menos normal, siempre y cuando no abandonen sus localidades y si el foco está localizado, sin salir de sus edificios. Y otra novedad es que se están haciendo PCRs, cosa que antes no era necesario. Es decir, las medidas que antes no se tomaban, ahora se empiezan a tomar. ¡Qué curioso! Nos han tenido en un engaño durante 3 meses y limitados con un Estado de Alarma que encubría un Estado de Excepción. Lo peor de todo es que los juristas, que son los que entienden y saben de las diferencias de uno y otro han estado callados, sin decir nada. Los poderes políticos y judiciales están unidos. No hay separación de poderes.



Las elecciones vascas y gallegas siguen adelante, a pesar de que en estas zonas existen rebrotes y controles. Es evidente que los comicios estarán marcados por el coronavirus. Se cree que aumentará la abstención, algo que tendría que ser real y romper con el partidismo y con el sistema democrático que existe en España. El absentismo activo tendría que ser realidad. La gente tendría que dejar de ir a votar, no por miedo al coronavirus, sino porque no cree en este sistema electoral español.


Por otra parte lo reyes siguen con sus visitas por España. Es una pena que no visiten ciudades tan abandonadas como Ceuta y Melilla. La respuesta del gobierno ha sido que una visita real a Ceuta y Melilla podría hacer enfadar al rey Mohamed VI de Marruecos. Es vergonzoso que estas ciudades no puedan recibir a sus reyes, y que estos puedan sentir el calor de la población de estas ciudades, porque pueda sentar mal en Marruecos. Una vez más se demuestra que los políticos de España han abandonado desde hace tiempo a Ceuta y Melilla en manos de Marruecos. Lo que tardarán en darles las ciudades no lo sabemos, pero lo cierto es que están abandonadas desde hace muchos años. Y es una pena pero hay que decirlo, tanto Ceuta como Melilla les cuestan a las arcas españolas unos cuantos millones de euros, ya que están totalmente desmanteladas de industria, de actividad. De lo único que viven estas ciudades es del comercio atípico con Marruecos y desde que están cerradas las fronteras, este comercio está muerto, con lo que las ciudades están muertas. Siguen manteniéndose porque una gran parte de la población son funcionarios: militares, profesores, administración y por lo tanto esta gente sigue ingresando sus sueldos, pero el que vive del comercio, ha muerto. El turismo de estas ciudades está también apagado desde el momento que sale diez veces más caro ir a Melilla que ir a Londres. Mientras no bajen los precios del barco y del avión, será imposible recuperar el turismo en Melilla y en Ceuta. Quizás a Ceuta los precios le afecten menos, pero en Melilla son imposibles.

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