Día 8 de la nueva normalidad

Mientras el rey se pasea por el barrio de las 3000, uno de los barrios más pobres de Sevilla, desde sectores de la izquierda más radical y sectaria, pretendiente de la instauración de la República, tratan de agitar el fin de la monarquía y la instauración de la república que le resulta de gran utilidad a Podemos. El asunto siempre vende, llena los telediarios, los periódicos y las columnas de opinión, los sondeos convenientemente cocinados, las redes sociales, las discusiones de bar y las tertulias de playa. Se puede presentar como un asunto que divide a los españoles, aunque no sea verdad. Y pone contra la pared a Pedro Sánchez y a su PSOE, que en este asunto no saber responder si quiere la monarquía o la república.

Desde algún medio se ha informado de una reunión que ha tenido lugar este fin de semana para organizar un referéndum sobre la monarquía. La fecha concreta de la consulta se concretará en una de las reuniones que tendrán lugar después del verano. En septiembre se ha fijado una asamblea telemática. Posteriormente se pretende h hacer una presencial en octubre para terminar de cerrar los flecos de esta consulta irregular. Este fin de semana, a través de Internet, en el que era el quinto encuentro estatal de esta plataforma republicana, también se ha evaluado el cumplimiento de los planes de los grupos de trabajo y se han acordado las acciones a realizar para difundir y extender esta consulta "fake". (Podemos mete presión al PSOE: reactiva el pseudorreferéndum contra la Corona suspendido por el Covid)

La monarquía no divide a los españoles. Por el contrario, sigue siendo una de las instituciones más queridas y valoradas por la ciudadanía. Y de las más listas: cada vez que tiene problemas de imagen, la Casa Real inicia una tournée por las regiones. Y el resultado es inmediato: apoyo popular, subida en la valoración de la opinión pública. Si la Corona ha salido dignificada, es porque ha cumplido su razón de ser: hacer visible el lugar que en la vida de todos, sin distinciones de ninguna clase, tiene ese bien superior que llamamos país, o nación. No es algo que de lo que podamos prescindir, como quien se quita una prenda de vestir. Forma parte d nuestra vida misma y está personificado en una institución por encima de los intereses partidistas, en los que no interviene y a los que da el mismo ejemplo que a todos los españoles (José María Marco: La Corona en crisis).

Y contra lo que pudieran pensar los pesimistas, la Corona no es la única institución que sale reforzada de la crisis de la Covid-19. De la conmoción de esos meses salen reforzados algunos elementos d ella vida pública: la familia, las empresas, la Iglesia o la Sanidad, esta última de una forma específica, de la que habrá que ocuparse, porque también ha mostrado fallos superados a fuerza de trabajo y sacrificio personal. Entre los tópicos del lenguaje progresista está el afirmar con rotundidad que el Estado ha salido reforzado. No está tan claro. La gestión trágica a cargo del Gobierno central y los fallos de las Comunidades Autónomas han mermado la confianza de la opinión (José María Marco: La Corona en crisis).

Interesante me ha parecido la imagen que he encontrado en internet. Creo que dice bastante de lo sucedido en esta pandemia, en la que todavía muchas familias no han podido enterrar a sus familiares queridos porque no los encuentran.