Después de dos años, la pandemia no es la noticia que abre telediarios. La invasión de Ucrania es la noticia más importante en la actualidad. Y por supuesto la crisis que esto nos está trayendo, con la subida de precios en carburantes, en energías y por efecto en todos los alimentos. No habíamos salido de la crisis provocada por la pandemia, y nos metemos en otra que parece mucho más dura y más fuerte.
Pero parece que todavía no hemos aprendido mucho, ya que en cuanto aumentan un poco los casos, es decir, llega una nueva ola, el servicio de atención primaria de los hospitales se colapsa y aumenta el número de muertes, sobretodo de ancianos. Sin embargo el Ministerio de Sanidad ya no da datos de incidencia diaria ya que sigue a la baja y, aunque sigue habiendo contagios diarios, ya no parece ser tan preocupante.
Hoy hace dos años que la vida se paralizó. Nos encerramos en casa y lo único que salíamos era para ir a comprar el pan y a los supermercados, de uno en uno, con mascarilla, guantes, guardando colas, distancias y sin tocarse para nada.
Un estado de alarma que, una vez terminado resultó ser ilegal. Cuando salimos de casa lo hicimos con la mascarilla. Nos dejábamos un dinero en ellas. Nos decían que no se podían rebajar los impuestos y al final lo hicieron.
Nadie olvidará aquellos aplausos a las 20:00h. Ni aquellos que cantaban por la ventana para animar a los vecinos. Aquellos que se ofrecían para ir a comprar por los que no podían. Los que acudían a su trabajo diariamente cuando la mayoría estaba encerrados en casa, los que se esforzaban de mantener a su alumnado a través de internet, los que... Hoy nos puede parecer todo aquello como extraño, pero en aquel momento era la única posibilidad de sobrellevar aquel estado de alarma.
Nunca olvidaremos aquel 14 de marzo de 2020, y es posible que el virus y las medidas no desaparezcan nunca. Pero ante todo tenemos que seguir nuestras vidas con prudencia.
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