Así es, esta es la forma como desvían nuestros políticos la vista de los ciudadanos de los problemas reales. Todo queda al margen porque lo importante es Eurovisión y su representante. Eurovisión es otro gasto más para nuestro país, porque participar no sólo nos cuesta dinero por llevar a los representantes, sino que también corremos con una parte de los gastos de organización del festival. Quizás sea hora de plantearse si es necesario o no que España invierta en este tipo de promoción, si realmente se puede considerar promoción.
La polémica ha venido tras la votación del jurado y en la que, la favorita del público, Tanxugueiras, fue relegada a un segundo plano. Rápidamente empezaron a saltar las voces señalando que había habido tongo. La ganadora Chanel era la favorita del jurado y curiosamente la ganadora del concurso. Lo que provocó un malestar entre la audiencia. Y esto llevó el tema a los políticos y sindicatos, que denunciaron "presuntas irregularidades tan notables que debía dejar sin efecto la elección de la canción que representará a España en Eurovisión".
Mientras tanto, nuestra ministra de igualdad hacía campaña en Castilla y León y llevaba a su mitin la interpretación personal y particular de la letra de una de las cantantes, Rigoberta Bandini. Para ella se trataba de una oda a la lactancia materna y señalaba que les había regalado un hermoso lema feminista, preguntándose "por qué les dan tanto miedo nuestras tetas, ¿por qué les dan miedo nuestros derechos?
La cosa es que, lo más preocupante e importante para nuestros políticos en estos momentos es Benidorm Fest y Eurovisión y de esta forma se olvidan de que hay otros problemas mucho más importantes y acuciantes que solucionar, pero para ellos no lo son. Una vez más, volvemos al "pan y circo" de los romanos, al que ya nos tienen muy acostumbrados estos políticos españoles.
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