Todo esto, omicrón, pasaporte COVID, baja de efectividad con el tiempo, llevó a que empezasen los "vacunómedros" a funcionar a tope. ¡Más madera! gritaría Groucho Marx.
Pasadas las navidades, comenzamos a leer en la prensa la necesidad de la cuarta dosis, anunciada por Moderna. De hecho, ya en Israel, se está empezando a poner. Y si a esto le unimos el desproporcionado número de casos por omicrón y una nueva variante que han bautizado como "deltacrón" y que es una mezcla de delta y omicrón, se va a hacer realidad el meme que corre por los por las redes: "Año 2033, se empieza a vacunar con la dosis 732".
Yes que uno empieza a pensar que la vacuna se ha convertido en el mayor negocio de las farmacéuticas, de los gobiernos e incluso de los sanitarios, que, por desgracia están colápsanos con ese "bichito" y han perdido de vista al resto de "bichitos" que vivían en nuestra Tierra hasta ahora: cáncer, gripes, problemas cardíacos, problemas óseos...
Así que, ánimo, que vamos a por la cuarta, como está escrito. Y luego vendrá la quinta, la sexta, la séptima...
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