domingo, 5 de diciembre de 2021

Certificado Covid para tomar una cerveza

 Viernes 3 de diciembre. Las 21:00h y alguien me manda un mensaje al móvil con el siguiente mensaje: «A partir de las 00:00h de este sábado 4 de diciembre, para acceder a los interiores de los bares y consumir, se presentará el Certificado Covid (pasaporte Covid). Esta medida ha sido avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía». Eso quiere decir que tengo 3 horas para localizar mi certificado Covid, imprimirlo o meterlo en mi móvil, porque en caso de no tenerlo no podré tomarme una cerveza en el interior de un bar. Sí podré hacerlo en una terraza, pero no dentro del bar.

La gente comienza a hablar, y da la sensación de que nadie entiende cómo se puede tomar una medida tan precipitada, sin tiempo a prepararse, vísperas de un macro puente como el de la Inmaculada, en el que miles de melillenses han salido de viaje a la Península.

Llega el sábado y en algún local de copas, donde es necesario el certificado dichoso, comienzan a pedírselo a los clientes que allí están, con la intención de cumplir la norma. Y los clientes, empiezan a circular, saliendo del local, porque, evidentemente no lo tienen encima.

Comienza la jornada de la tarde del sábado. La hora de comer, aunque la misma historia ha podido suceder a primera hora de la mañana en el desayuno. Llega el primer cliente y se le pide el certificado. "Lo tengo en el móvil". Y comienza a buscarlo, pero no aparece. "Pues lo tenía, pero no lo encuentro, pero estoy vacunado con las dos vacunas". "Sí, pero eso no me sirve, porque necesito verlo, que es lo que me pide la norma", es la respuesta del responsable del local de pedir los certificados. Y el cliente, da media vuelta, mientras sigue mirando en su móvil y se marcha por donde ha venido, porque no le han dejado entrar en el local.

Llega la siguiente pareja y la misma petición por parte del encargado. "Sí, aquí lo tengo". Y nuevamente vuelve a mirar en el móvil. Lo encuentra, lo muestra. "Bien y su DNI, para comprobar que es usted". Y ahora saca el DNI. Y por fin, después de 5 minutos, han podido acceder al local.

Tres amigos pretenden entrar a tomar una cerveza antes de irse a comer, cada uno a su casa. La misma petición por parte del encargado del local. Uno lo tiene y lo encuentra rápido. El segundo lo busca en el móvil y después de unos minutos, lo encuentra. Pero el tercero no lo lleva encima. Está vacunado, pero no puede demostrarlo, porque no lleva el certificado. Y ahora la duda del encargado: ¿les dejo entrar a los tres, o dejo a dos y el otro que se quede fuera, o qué hago? Pues que ellos decidan y entonces entran los tres para tomarse la cerveza, porque los otros dos aseguran y certifican que está vacunado su tercer amigo.

Y así uno tras otro. Unos se van, otros entran, otros no encuentran el certificado... Y al final del día, el encargado del local hace su balance. Cinco clientes se han marchado por no llevar el certificado. Otros tres o cuatro, clientes de todos los días, han entrado sin el certificado, pero como son conocidos de todos los días, si hoy no me lo enseñas, ya lo harás mañana. Y por supuesto, harto de tener que ejercer de policía, pidiendo a todos y cada uno de sus clientes el certificado. Como no tenía bastante con servir las mesas, atender lo mejor posible a sus clientes, ahora tiene además que controlar que lleven el certificado y que esté correctamente. Sin saber, por supuesto porque no tiene medios, si es válido o no ese certificado que le muestran.

Domingo 5 de diciembre. Un viento desagradable se ha levantado ya por la noche y por la mañana está bastante desagradable. Comienza la tarea y, entre los que se han marchado a pasar el puente fuera, los que han decidido no salir por no tener que presentar el certificado, o porque todavía no lo han obtenido, los que han pensado que el puente queda muy largo y salir todos los días no se lo pueden permitir económicamente... La cosa es que el local está vacío, cosa bastante extraña, porque siempre está a tope. El hostelero ve cómo sus previsiones para este fin de semana se vienen al traste. Se había preparado de bebida y comida suficiente para los 5 días y ahora se encuentra que no tiene clientes.

Los clientes que llegan siguen sin enterarse de que es necesario el certificado Covid, y eso que ha salido publicado en la prensa, que es la noticia del fin de semana. Y aún así sigue perdiendo clientes que se marchan por no tenerlo. Y empiezan las críticas de clientes y de hosteleros. Los clientes se quejan de que se lo pidan y no les dejen acceder si no lo tienen. "Hostelero, acuérdate de que no me dejaste entrar en tu local por no presentarte el certificado Covid, cuando las cosas te vayan mal", se puede leer en las redes sociales. Los hosteleros llevan dos días y ya están hasta el gorro y además viendo como sus clientes se marchan. Así que, vamos a ver hasta cuando se va a mantener esta situación.

Y toda esta situación me lleva a hacerme miles de preguntas: ¿En exteriores no es necesario, pero en terrazas exteriores que tienen paredes de lona y tejado, no sería necesario pedirlo igualmente? ¿Por qué no pedirle yo como cliente el certificado al camarero? ¿Y si tengo que entrar al servicio y no lo llevo encima? ¿No atenta contra los artículos de la Constitución ya que "viola" de alguna forma mi intimidad y mi vida privada? ¿No estamos marcando y estigmatizando a los no vacunados? ¿Dónde queda la libertad para vacunarme o no?...

Este es el primer capítulo de una serie que no va a terminar pronto, ya que, de momento, tenemos 14 días con esta historia. En breve, el segundo capítulo.

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