martes, 4 de agosto de 2020

Primer objetivo anti-monarquía conseguido

Ayer 3 de agosto se marcará como un día histórico. El rey emérito Juan Carlos I abandona España como si de un exilio se tratase. Por la tarde se hacía público un comunicado de la Casa Real en el que se indicaba que el rey Juan Carlos I, ante los acontecimientos que se están produciendo y la repercusión pública que están teniendo, comunica que se traslada fuera de España. Para algunos es una victoria para el advenimiento de la Tercera República. Para otros es fruto de la crisis monárquica que está teniendo lugar en nuestro país. Para otros es un escándalo que tenga que exiliarse un rey a estas alturas.

Lo cierto es que la Corona española lleva ya muchos años en el punto de mira y en cuestionamiento por parte de la sociedad. Creo que fue en 2012 cuando el rey Juan Carlos I empezó a estar en el punto de mira con el tema del accidente en una cacería de elefantes. Aquella frase de "me he equivocado y no volverá a pasar" dio la vuelta al mundo y nos dio la sensación de que el "niño malo y travieso" pedía perdón por una chiquillada que había hecho. Ya anteriormente se rumoreaba que el rey salía de palacio montado en moto y vestido totalmente de negro y que se corría sus fiestas y se iba con sus "amiguitas" de juerga, dejando a la reina Sofía en casa. Cierto o no, siempre ha tenido fama de mujeriego y vividor.

Lo que está saliendo ahora en la prensa del caso de Corinna, las comisiones que ha cobrado de Arabia Saudí, son escándalos que han ido, poco a poco colmando un vaso que estaba ya lleno. Todas estas filtraciones a la prensa en un momento en el que se quiere desprestigiar a la Corona tienen su sentido. En primer lugar conviene desviar la atención a la situación y al problema que realmente preocupa en España y en segundo lugar es también parte del juego de nuestro gobierno progresista que pretende desbancar la Corona para crear una República. La República Bananera de España.

Justamente ayer salía en la prensa una foto que reflejaba el "odio" que le puede tener Iglesias al monarca Felipe VI. Esa mirada ha dado la vuelta al mundo y, personalmente, refleja mucho más que odio. Refleja un sentimiento de que esa figura desaparezca. Realmente ese es su objetivo, trasladar la monarquía democrática que tenemos a una república. Es evidente que el sistema político que en su momento se creó se hizo para mantener el poder en manos de los que están gobernando y hacer una especie de pantomima. Es evidente que esta democracia española necesita un cambio y una vuelta de rosca y revisión.

De todos es conocida la discordia de Juan Carlos I con Podemos y con el gobierno venezolano a quien ya mandó callar en aquella cumbre hispano-americana, en la que se hizo famosa la frase: "¿por qué no te callas?" que le lanzó Juan Carlos a Chávez, cortando a Zapatero en su intervención. Desde aquella las relaciones de Venezuela y España se empezaron a enfriar continuamente con continuas expulsiones de embajadores de unos y otros.



Ya a finales del mes de mayo, un familiar me comentó que era inminente la salida de Juan Carlos I de España. "En un par de meses lo verás", me dijo. Su destino es desconocido, pero en aquel momento este familiar me decía que posiblemente a la República Dominicana. Hoy se habla también de Suiza y de Bélgica, destinos europeos con los que tiene mucho contacto. Lo cierto es que aquello que me dijeron hace unos meses se ha cumplido. En aquella conversación que tuvimos se hicieron otros pronósticos que vamos a ver si se cumplen o no.

El caso Corinna y las comisiones y cuentas de Suiza llevan dos años dando quebraderos al rey. Ayer precisamente una amiga me decía que "había robado a los españoles, que lo devolviese antes de irse". En realidad no es así. Lo que le ha hecho caer no indica que sea robado a los españoles. El rey hacía un papel de intermediario entre las empresas españolas y los países. En sus visitas oficiales trataba de "vender" y ofrecer los productos españoles, algo que es normal y lógico como embajador y representante de España. Lo que no es normal es que, además de su sueldo como monarca y representante, se llevase un sobresueldo por estas acciones que realizaba. El que un país contratase a una empresa española y a él le dieran una porción, eso es lo no legal. Ese dinero terminaba en cuentas de Suiza, es decir, que no se declaraba en España, con lo que supondría un fraude a la hacienda española. Juan Carlos I lo ha vendido como "acontecimientos de su vida privada". Pero hay que entender que se mezclaba su vida privada con su vida pública como monarca. Lo cierto es que esas comisiones son las que le han hecho caer y tener que poner tierra de por medio.

El rey Juan Carlos no será juzgado en España por el momento por los delitos que ha cometido, porque así lo han decidido los partidos políticos PSOE, PP, Cs y VOX. Mira por donde para esto están unidos, pero para otras cosas no hay manera. De todas formas las cosas han creado cierta crispación. Los socios del gobierno, Podemos, han considerado la salida como una huida de la quema y además que no sabían nada de la noticia que el rey Felipe VI había comunicado a Sánchez hacía una semana. Por otra parte también el PP ha mostrado su descontento con que no se les informase en su momento y que fuese a través de la prensa la salida de Juan Carlos.

Espero que lo que están exigiendo a Juan Carlos, se lo exijan a todos aquellos que también han montado sus imperios en paraísos fiscales como Suiza y no precisamente a costa de "regalos", sino a costa de los dineros de los españoles. Y digo nombres: los Pujol, los ex-presidentes de la Junta de Andalucía condenados por los ERE, entre otros.

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