Un mes de nueva normalidad

Cumplimos hoy, martes 21 de julio, un mes del estado de "nueva normalidad". En realidad lo que cumplimos es un mes del fin del Estado de Alarma, que se proclamó para 15 días y se amplió hasta tres meses. Y digo que se ha cumplido un mes del fin, porque esta "nueva normalidad" todavía nadie sabe en qué consiste. ¿Será que la gente sale de casa con mascarillas? ¿Será que para ir a tomar una cerveza primero tienes que pedir permiso al camarero para entrar en el local y luego para ver dónde te sitúa? ¿Será para para todo hay que hacer cola, hasta para comprar el pan diariamente? ¿Será que los inmigrantes ahora tienen más posibilidades y derechos que los autóctonos? ¿Será que los camiones de la limpieza de las calles ahora las limpian con agua y lejía, pero con la misma frecuencia que hace 5 meses? ¿Será que cuando uno sale a pasear por el campo tiene que ir mirando si hay alguien cerca para alejarse? ¿Será que los saludos se hacen con el codo o con el pie, y no con besos y abrazos? ¿Será...? Dios sabe qué será, porque en el fondo, poco a poco estamos volviendo a lo mismo de antes de la pandemia. Vuelven a verse las calles llenas de basura, vuelven a verse la gente paseando por la calle sin camiseta, vuelven a verse las colas de coches interminables en el centro y los mismos atascos de siempre, vuelve a verse a la gente tomando una cerveza en la barra a la misma distancia de siempre, vuelven a verse los mismos lugares de botellón de siempre... Y podríamos continuar con un sin fin de "vuelven a verse". Eso sí, ahora se ven muchas mascarillas. Unas puestas en la cara correctamente, otras debajo de la barbilla, otras en el codo (que todavía no he entendido la finalidad de cubrirse el codo o la muñeca con la mascarilla) y muchas, pero muchas por el suelo tiradas sin más. ¿Se le habrá caído a alguien? Te preguntas. Pues con el precio que tienen, como para andar perdiéndolas por la calle sin más.

Y mientras tanto, nuestros gobernantes celebran que Europa nos va a dar dinero. ¿A costa de qué? Se supone que iban a pedir un préstamo a fondo perdido, es decir, que no hiciese falta devolver. Este fondo se ha quedado en casi la mitad de lo que se pretendía. El resto hay que devolverlo y con condiciones. Y ellos se alegran. ¿Se alegran porque ellos han conseguido dinero para seguir jugando a ser banqueros? ¿O porque ya tienen dinero que embolsarse en sus amplios bolsillos? Lo cierto es que volveremos a pagar los mismos "paganos" de siempre, la sociedad española. Mientras ellos se los gastan sin mirar y a manos llenas, los ciudadanos españoles tendremos que apretar otro agujero en los cinturones para devolver esos millones de euros a Europa. Y lo celebran. Menos celebraciones y más recortes en ellos mismos. ¿Es necesario tener tantos ministros, tantos asesores, tantos directores generales, tantos consultores...? Supongo que no, pero si cada uno de esos puestos está a dedo y además cobrando un pastizal, será porque a alguien le interesa que sea así. A mí desde luego que no. Ni me interesa ni me parece bien.

Lo que no dicen es que Europa les podrá vetar en aquella cuestiones que estime que no son razonables. Deberán hacer unos presupuestos que deberán ser revisados en Europa y por lo tanto les darán el visto bueno o no. Si están de acuerdo se recibirá el dinero, sino, a revisar o a quedarse sin el dinero prometido. Y el gobierno tendrá que hacer reformas. Reformas que ellos indican que ya estaban dispuestos a realizar porque entraban en sus planes. Pero que de momento nos han demostrado que  austeridad en el gobierno no saben lo que es y que solo saben lo que es austeridad para los ciudadanos. Así que, más de lo mismo. Pero como ciudadano me niego a tener que pagar los coches con chófer de todos estos mangantes, ni los viajes en avión y helicóptero de nuestro señor presidente, ni los escoltas que en otros países de Europa no son necesarios. Muchos políticos europeos van a su trabajo en bicicleta y sin escoltas. Y en España, ¿por qué no? ¿Es que todavía sigue el negocio del terrorismo activo? En su momento fueron las amenazas de ETA. Ahora se supone que esta amenaza ya no existe, que estos terroristas se han incorporado a la política, pero los gastos en escoltas y protección siguen estando ahí.

Y hablando de protección y vigilancia. Ahora nuestro vicepresidente segundo se ha cansado de la Guardia Civil y ha solicitado que sea la Policía Nacional la que custodie y vigile su "casita". Ya no confían en este cuerpo. ¿Será porque alguien consiguió grabar con el móvil al señor Iglesias en la noche de las elecciones de Galicia y del País Vasco? La cosa es que siguen tirando piedras contra la Guardia Civil y ahora, como no tenemos problemas más grandes en España y nos sobra el dinero, se atreven a proponer que el lema "Todo por la Patria" que se encuentra en las puertas de los cuarteles de la Guardia Civil, cambie por "Todo por la Democracia". Y esto, ¿cuánto nos va a costar? Porque si es a coste cero, mira, que lo quiten y no pongan nada, pero si encima tenemos que pagar por quitarlo y poner el nuevo, que lo dejen, que a mí no me molesta y creo que somos muchos los españoles que creemos que no nos molesta y no nos preocupa. Lo hemos conocido toda la vida ahí y por que siga ahí, ni nos va ni nos viene. No es una causa de vida o muerte el quitar el lema. Los lemas se llevan dentro, no en las fachadas. Y creo que la Guardia Civil siempre lo ha llevado en todas las actuaciones que ha realizado. Siempre han estado ahí para proteger a la ciudadanía y por lo tanto a esta Patria que ellos se empeñan en dividir y destrozar.