Estado de Alarma: Día 10

Entre las lecturas que estoy recuperando, he empezado la encíclica del papa Francisco, Laudato Si. En ella me he encontrado con el siguiente fragmento: Al mismo tiempo, Bartolomé llamó la atención sobre las raíces éticas y espirituales de los problemas ambientales, que nos invitan a encontrar soluciones no sólo en la técnica sino en un cambio del ser humano, porque de otro modo afrontaríamos sólo los síntomas. Nos propuso pasar del consumo al sacrificio, de la avidez a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de compartir, en una ascesis que «significa aprender a dar, y no simplemente renunciar. Es un modo de amar, de pasar poco a poco de lo que yo quiero a lo que necesita el mundo de Dios. Es liberación del miedo, de la avidez, de la dependencia». (Laudato Si, Francisco, nº 9)

Y esto que precisamente nos señalaba el Papa Francisco del Patriarca Bartolomé, es lo que estamos viviendo ahora en estos días. Muchas personas han sufrido un cambio en su interior, se han puesto a colaborar unos con otros desde formas muy sencillas. Desde los que fabrican mascarillas de tela para que se puedan utilizar por los sanitarios y las fuerzas de seguridad, hacer mascarillas con sus impresoras 3D, ayudar a los vecinos que no pueden salir a realizar las compras que necesitan... Hemos pasado de preocuparnos de nosotros mismos exclusivamente a preocuparnos de aquellos que tenemos más cerca. Estamos aprendido a compartir, a ser más solidarios.

Estamos aprendido a vivir y a amar de forma diferente. Nos ha servido para parar en nuestro ritmo diario, frenar un poquito y pensar en aquellos que día a día están ahí. Cada día estoy más convencido de que esto nos ha venido bien, para reconocer que somos vulnerables, que somos pequeños, que el miedo nos hace más fuertes.

Han pasado 10 días, pero todavía se vive con la misma emoción e ilusión el compromiso de las 20:00h de la tarde. Ahí estamos todos los vecinos asomados a nuestras ventanas, aplaudiendo, con silbatos, con cazuelas, animando a los que día a día están dando la cara. Y no precisamente son los políticos los que están dando la cara, sino los médicos y enfermeras y enfermeros, los policías naciones y guardia civiles, nuestro ejército, los camioneros, los y las dependientes de las tiendas que incluso tienen que poner orden en las filas de la caja y no solo en las estanterías.

¡¡Ánimo a todos!!