En Melilla se habían resistido a retirar la estatua, señalando que no hacía mención a Franco como Generalísimo, sino que se trataba de un homenaje al que había sido Comandante de la Ciudad y que, en su momento, había luchado para evitar que las tropas rebeldes de las cabilas del Norte del Rif (porque todavía no podíamos hablar de Marruecos como país reconocido), entraran en Melilla. La legión, recién creada en Ceuta, llegó a Melilla para evitar su caída y que se mantuviese como ciudad española.
24 horas después, a primeras horas de la tarde, un equipo de operarios de la Ciudad Autónoma, retiraba, en dos horas, la estatua que había resistido más de 40 años en la Ciudad.
Y ¿a qué tantas prisas? Porque para otras cosas, no existen tantas prisas. Por ejemplo, a finales de verano se planteó el montaje de un Hospital de Campaña en lo que son los terrenos del Patio del Cura, enfrente de urgencias. Pero a fechas de hoy, todavía no se ha empezado a realizar este montaje. Es más, se han tirado balones fuera diciendo que el obispado no había dado su respuesta, algo totalmente falso, porque el obispado dio su respuesta incluso antes de que se lo solicitaran.
Esto no ocurrió con la estatua de Franco. Dicho y hecho y eso que no habían dado hora ni día publicamente. Se juntaron, lo aprobaron, llamadita al responsable de turno y listo. El resultado es que ya se han quitado el gran problema de la Ciudad de Melilla, la figurita de Franco. Se acabaron los problemas de Melilla por una temporada.
Pues les quiero recordar las palabras del escritor Jorge Santayana: El pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla. Ojalá que no se cumpla esta predicción, pero de momento nos están llevando por el camino para que suceda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario