Empieza el gran debate. Hay que realizar muchos test, pero no hay suficientes pruebas. Tenemos que incorporarnos a nuestros trabajos, aquellos que pueden abrir, ya que los locales de ocio y muchos comercios todavía no pueden hacerlo, y hay que hacerlo con garantías, es decir con mascarilla, guantes, espacios... Y no hay suficientes mascarillas. En muchas ciudades han empezado a dar mascarillas, en ciertos lugares y en determinadas horas. Aquí han publicado en Facebook una serie de espacios donde se iban a entregar y a las horas, la Delegación de Gobierno ha tenido que salir a desmentir y decir que es un bulo, que se entregarán en diferentes sitios de la ciudad, pero no en sitios fijos para evitar que la gente se amontone.
Por cierto, hablando de amontonamientos. He tenido que bajar al centro para hacer una gestión y qué me encuentro: coches por todas partes, en algunos sitios incluso retenciones, gente por la calle, con mascarillas caseras, sanitarias... Pero mucha gente. Parece que la gente ha creído que ya se ha acabado la situación de cuarentena y que por lo tanto ya se puede empezar a salir sin problema. A ver si lo entendemos señores, que seguimos en estado de alarma, que tenemos que seguir "confitados" en nuestras casas, que si se sale tiene que ser justificado: compras, trabajo. Pero que no se puede salir sin más. Parece que hay gente no se entera o que no les importa lo que estamos viviendo.
A algunos autores esto del confinamiento les está sirviendo de inspiración. Pablo Alborán es uno de estos artistas que aprovecha todo para componer y este ha sido el resultado. Una canción que nos trae la esperanza de volver a abrazarnos.
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