¡Cómo pasan las horas! La verdad es que cuando uno está ocupado no tiene tiempo de aburrirse. Y eso es lo que me pasa a mí. Yo no me aburro, como ya están gritando algunos por internet. Me organizo y aprovecho para preparar materiales, ojear internet, leer un libro, ver la televisión, echar la siesta, hacer un poco de deporte, limpiar algún armario o cajón, salir a por el pan...
Los datos que van dando muestran que el virus se propaga a velocidad de vértigo. En cuestión de horas se duplican los casos. Cuando sales a la calle, ves que la gente se apartan unos de otros. El contacto es mínimo por no decir nulo. Las mascarillas y los guantes se ven por todos lados. Algunos comienzan a hacer negocio de la enfermedad y han subido los precios de los productos básicos al doble. Menos mal que las autoridades han reaccionado a tiempo y han señalado que se denuncien todos estos casos de picaresca, para poder tomar medidas. Incluso hablan de enviar inspectores para ver si esto es así.
Ahora, algo bueno tenía que tener esto de estar recluidos en casa. La contaminación se está reduciendo y mucho. Claro, al circular menos coches y además el cambio de tiempo, con sus pequeñas lluvias, ha provocado que los niveles de CO2 se reduzcan. Mira si al final va a ser que la propia Tierra se defiende y nos envía un bichito para que dejemos de tocarle los h... (las castañuelas). Si al final conseguimos que nuestro medio ambiente se recupere un poquito, habrá merecido la pena estar 15 días en casa encerrados.
También es cierto que ya hay expertos que están saliendo para decir que con 15 días no va a ser suficiente, que necesitaremos por lo menos otra semana. Para algunos un tiempo interminable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario